Otra vez partidazo de Dani Ceballos,  de Eduardo Camavinga y, también, de Nacho; otra vez vimos las dos caras de Asensio, la buena y la mala; otra vez –y ya son muchas– nos anulan un gol legal; otra vez –y ya uno pierde la cuenta– el Vini es víctima de una agresión descarada. Lo mejor es que, esta vez, el Marco bueno metió,  casi al comienzo de la segunda mitad, el golazo que abrió la lata y el Cohete de Río volvió a ver portería y nos quedamos con esos valiosos tres puntos que nos permiten seguir en la pelea por la Liga.

Este Madrid, forzosamente reestructurado por las lesiones, me gusta cada vez más. El puesto que el lesionado Mendy parecía tener asegurado se torna más “camavinguiano” en cada partido. Eduardo “Trenzas Largas” no solamente está defendiendo mejor que su compatriota sino que, en ataque, es mucho más directo y creativo y con esa energía que nunca se agota cubre mucho más campo; otra cosa a valorar es que se entiende mucho mejor con el indiscutible propietario  del extremo izquierdo. Nacho, anoche, dio lecciones de efectividad en los dos puestos que le fueron asignados: el lateral derecho, de incio, y el central izquierdo tras la salida de Militao; un jugador sin resplandor de estrella pero que cumple su cometido en cada partido con nota, habitualmente, muy alta. De Rüdiger tengo que decir que me parece más efectivo –y  creo que él se siente más cómodo– como central derecho, puesto que tendrá, me temo, que cubrir por algún tiempo si la lesión del gran Militao (¡cómo me gustó la forma en que se encaró con el “pateador” de Paulista cuando este salía, justamente expulsado, del campo!) va para largo; no está al nivel del brasileño pero puede cubrir con solvencia su baja.

Pero ayer el Bernabéu fue propiedad, temporal, de Dani Ceballos; el Templo Blanco emitió su irrevocable veredicto:” ¡CEBALLOS, QUÉDATE!”.  Después de esos emocionados cánticos no creo que el de Utrera se decida por un destino que no sea el madridista; en ningún otro equipo como este podrá acumular más alegrías, más victorias, más títulos y, además, es un buen seguro de vida para el club en la etapa final de dos grandísimos –Kroos y Modric– que tienen que ser renovados  –y cuidados como niños de teta– para que sigan, también, cosechando éxitos.

A Ancelotti  la lesión de Benzema le plantea otro problema: ¿delantero centro clásico (Mariano el Bueno) u otro trotamundos de área como Rodrygo? Un ignaro como servidor experimentaría las dos opciones pues ahí están Valverde y Asensio para complementar habilidades y carencias. No obstante, esperamos y deseamos que lo de Karim no sea grave y Carletto no tenga encarar este nuevo dilema.

¡Hala Madrid!

P. D.: Florentino, despierta, que los atracos arbitrales irán en aumento. Como ya apuntan hasta los propios “periolistos” somos el equipo al que el VAR de Rubiales ha anulado más goles.