Comienzo afirmando –porque siempre hay que decir la verdad, que servidor no pertenece a la banda de Antonio S.– que no tenía la menor duda sobre la victoria de nuestro Real Madrid ante los chicos de Frankfurt. Otra cosa bien distinta fue que no imaginé una victoria tan tranquila, sin sobresaltos, sin remontadas, sin dolores en el pecho y sin cabreos. Bueno, mejor no exagero…, disgustos, unos pocos, durante un primer tiempo bastante rácano en efectividad y esfuerzos por parte de los nuestros. 

Carletto, creo que muy hábilmente, arrancó con los mismos titulares que comenzaron la lucha por la Décimocuarta. Y hay volver a señalar, porque cada vez es más relevante, que, tras la salida primero de Casillas y luego de Ronaldo y Ramos, en el Madrid se ha terminado el juego de egos y ha comenzado una etapa en la que tenemos un verdadero equipo, en la que se lucha por el triunfo colectivo y no por el lucimiento personal. Si esto se mantiene, y espero que Modric, Benzema, Kroos, Casemiro, inoculen la sana –no como otras que yo me sé- vacuna de la cooperación y el apoyo (COAP-22) en esas prometedoras figuras que, ayer, con el partido ya solventado, salieron al campo –Camavinga, Tchouameni, Rüdiger, Ceballos, Rodrygo–, el equipo blanco colapsará las vitrinas florentinas del Bernabéu.  Ancelotti, por lo que comentó  tras el partido, lo tiene claro: hay que rotar, dar minutos a los nuevos y proteger a los veteranos. Vamos a ver qué sorpresas nos regala este italiano feliz en el debut liguero ante el recién ascendido Almería.

En la primera mitad del partido el protagonismo positivo estuvo encarnado en el gran Courtois y el no menos grande Militao, que neutralizaron, con una fría efectividad, los intentos de los soldados de Glasner de aprovechar puntuales fallos defensivos de Alaba, Mendy o Casemiro.  Vinicius, Benzema y Modric no estuvieron a su nivel y el Madrid se estrelló, una y otra vez, ante la nutrida defensa alemana. Tuvimos que esperar hasta el minuto treinta y seis para que se abriera el marcador: saque de esquina ejecutado por Kroos; prodigioso salto de cabeza de Benzema que enlaza con el “coco” del Case, que le sirve a Alaba un cómodo balón para marcar a puerta vacía.

En la segunda parte, la necesidad de remontada por parte del Eintracht, confirmada por los cambios realizados por su entrenador, creó brechas en la defensa y permitió al Madrid comenzar a sacar provecho del ajuste estratégico del enemico gracias a los pases interiores del Dr. Lukita que revivieron a Benzema y, un poco, al Vini. Con el balón corriendo con más alegría comenzaron a llegar las oportunidades: balón al palo de Casemiro y, en el sesenta y cinco, una rápida salida por la banda izquierda, monopolizada por Vinicius Jr. y culminada con un medido centro a Benzema, nos dio el segundo y definitivo gol. Pocos minutos después, con dominio completo de los blancos, pudo llegar el tercero, pero Valverde (muy buen partido también) intentó, generoso, hacer otro regalo a Golden Karim cuando lo correcto hubiese sido que rematara él. No pasa nada, otra vez será, porque, como ya mencioné anteriormente, el espíritu de equipo es muy efectivo para ganar títulos.

 ¡HALA MADRID!

P. D.: Ayer, en los minutos previos al partido, Karim y el Vini recibieron los merecidos premios de Mejor Jugador y Mejor Junior de la Champions 2021/2022. Quedamos a la espera del Balón de Oro que, si hay justicia, tendrá que terminar en las manos del francés.