Admito que lo he dicho muchas veces, pero tras ver el excepcional partido de don Karim Benzema ante el Chelsea del teutón Tuchel no me queda otra opción que la de destacar lo positivo que ha sido para la carrera del francés la escapada de Ronaldo Loacaparo Todo. Sin la coercitiva presencia de la estrella de Madeira, Karim ha podido sacar a la luz todas sus virtudes, que son muchas, y regalarnos goles que, a día de hoy, nos vuelven a hacer soñar con la Décimocuarta.  Karim, el Conquistador, ya sometió al París de las “M” y la “N” y ahora ha contribuido con un  sensacional “hat-trick” a que coloquemos al actual campeón al borde de la nada…, basta sólo con escuchar a un muy abatido Thomas.

Que los chicos de TT eran unos rivales correosos nos lo dejaron claro antes de que transcurriera el primer minuto del partido con un peligrosísimo centro de Mount al que, por muy poco, no pudo llegar Pulisic. Y aquí es oportuno reconocer que me sorprendió el planteamiento de Carletto al colocar al Pajarito de teórico extremo derecho pero, en realidad, muy retrasado para dar apoyo a Carvajal. ¿Funcionó? Pues mi impresión es que al comienzo, no y, luego, como consecuencia de la subestimación de TT a su compatriota Kroos este quedó completamente desmarcado y permitió al Madrid lanzar las eficaces contras que tuvieron como maravillosa recompensa los dos primeros goles del partido.

Los primeros minutos fueron para que el Chelsea se exhibiera ante los suyos y para que San Courtois, inmune a los pitidos de sus ex, demostrara que es el mejor portero del momento.  Felices sensaciones azules que cortó, de cuajo, el Vini, asociado con Benzema y Valverde , lanzando al palo lo que pudo haber sido el primer gol del partido. A partir de ahí, poco a poco, fue cambiando la deriva del encuentro que se ensombreció un poco con un error en el control del balón por parte de Militao, y cuya rectificación pagó con una amarilla que lo dejará fuera del partido de vuelta.  Fue un momento de blancas dudas al que también contribuyó con su granito de fallos Mendy el Bueno, el nuestro. 

Y entonces, en el minuto veintiuno, llegaron los White Killers: Bezema-Vini, Vini-Benzema y este último en modo Santillana se le metió a Mendy el Nobueno –no quiero ser duro– por la escuadra. Creo que no grité, pero la sonrisa demoró mucho en borrarse de mi rostro y se prolongó aún más cuando tres minutos después, también de cabeza,  el Conquistador marcó el segundo:  Valverde a Modric y el croata centra un balón nada preciso del que Benzema saca un rendimiento que no está al alcance de quien no sea, al mismo tiempo, mago y futbolista.

El resto del partido ya es de otro nivel: recorta un gol el Chelsea en el cuarenta gracias a Havertz que ganó la posición a Carvajal y dos minutos después, Karim –nadie es perfecto– falla el posible 1-3, creo, que por un mal bote del balón.

La segunda parte duró lo que demoró Mendy el Aúnmenosbueno en protagonizar la cagada de la noche y regalarle a Karim la pelota del “hat-trick”. Después, los momentos de lucimiento de Courtois por la lógica e imprescindible subida de revoluciones de los chicos de TT, ayudada también por el cansancio de algunos de los nuestros (Valverde y Kroos) y la salida definitiva por lesión del gran Militao. 

La eliminatoria, salvo debacle en el Bernabéu, ya está en la buchaca. 

¡Hala Madrid!

Aviso a navegantes: Rodrygo, Asensio, vuestro puesto corre peligro.