No tengo claro si los seguidores del Osasuna comenzarán a valorar la posibilidad de erigir una estatua a Sergio Herrera en zona cercana a la que rinde tributo a Ernest Hemingway pero, por si acaso, registro la sugerencia. Sin la heroica contribución de su eficaz cancerbero la goleada que le podría haber caído a los rojillos habría sido de aúpa. Por tanto, para comenzar, doy un merecido 10 al portero de Arrasate que impidió que el Real Madrid arrasase a su querido Osasuna.

Y, antes de hablar del imperial Madrid de anoche y como cada vez tengo peor opinión del arbitraje liguero, decir que espero que “Malaleche” Bengoetxea pida disculpas a Camavinga por la injusta amarilla con la que le marcó desde el minuto cinco y, además, no la contabilicen. ¡Buitre-Paloma, actúa!

Y vamos ya a la exhibición blanca. Sin la titular tripleta central –Modric, Kroos, Casemiro– era una oportunidad de oro para que los habituales residentes del banquillo mostraran sus credenciales al capo y a la afición madridista. ¡Y vaya si lo hicieron! Excelente partido por parte de  Ceballos y Camavinga que vuelven a demostrar que se merecen una larga vida en el club blanco. El Pajarito, en cambio, estuvo un poco más apagado de lo que nos tiene acostumbrado aunque, ya casi al final, emprendió algunos vistosos vuelos.

Bien también el dinámico intercambio de roles entre Nacho y Alaba. Los dos estuvieron a muy buen nivel resistiendo con acierdo el pertinaz asedio del  Chimy Ávila y sus compañeros de banda. Importantísimo para nuestros intereses championescos que la lesión del austríaco no sea grave, pues es pieza fundamental en la batalla contra el equipo de Pepona la Separata. Su gol (minuto doce), aunque un poco “churrresco” fue el que abrió el marcador y nos permitió disfrutar de una celebración, con muy buen rollo, entre él y Karim,  el principal perjudicado de la gloriosa noche de Herrera. 

Cierto que duró poco la alegría porque entre Moncayola, el Chimy el letal Budimir se encargaron de fabricar un empate que, en El Sadar supo a gloria bendita. Y así, con idas y venidas por ambas partes, pero con un Madrid cómodo, llegó el descuento de la primera mitad y, con él –y anoto que los nuestros se están especializando en marcar goles en los minutos concedidos por los trencillas-, el bonito gol fabricado entre los “baquilleros” habituales: Camavinga da un gran pase a Ceballos, por arriba de la defensa rojilla, y este fusila al bueno de Sergio que, como no puede evitar el rechace, le sirve el gol, en bandeja plateada, a Marco Asensio.

La segunda parte fue un recital de control, matizado con fallos inesperados en el acierto, por parte de los chicos de un muy tranquilo Carletto. Sin Alaba, se fija la posición de Nacho como compañero de Militao y Carvajal vuelve a repetir, con eficacia, como lateral derecho.  Ceballos, acalambrado, supongo que por la habitual  falta de minutos, tuvo que abandonar en el setenta. Sustituido por Kroos, y dado que el partido estaba muy abierto, la habilidad del teutón en los pases largos aumentó aún más el dominio blanco. El último gol, para enmarcar, llegó otra vez en el descuento y teniendo como protagonistas a Karim, al recién incorporado Vini y, como ejecutor final, al esforzado compatriota del poco fiable Feijóo, Lucas Vázquez. Si no han visto la jugada, os recomiendo que la veáis y, por ello, no la describo.

Punto y aparte merece don Rodrygo Goes que ya ha encadenado dos partidos consecutivos a un nivel muy alto. Y vuelvo entonces a preguntar al Tito: ¿si tenemos dos jóvenes, saludables y excelentes jugadores como Rodry y el Vini para qué tenemos que gastarnos un pastón en Mbappé?

Y en cuanto a la Liga PB (Patricia Botín) creo que sólo un fraudulento decreto ley al estilo sanchero nos la podría arrebatar.

¡Hala Madrid!