Como ya sabemos que hasta las reglas más estrictas siempre tienen su excepción, una de las mías, que consiste en no coincidir nunca con las apreciaciones de Carletto, se rompió, estruendosamente, ayer: coincidencia total con lo que pasó en el campo. Nos faltó una pizca de suerte –y ahí están, para constatarlo, esos dos amarillos palos– y nos sobró, como siempre, la injusticia arbitral, adornada con la estúpida y traidora soberbia de un tipo llamado Raúl Albiol.

No sé, si como le dije ayer a un buen amigo locombiano, Raulito, que supongo se haya inyectado todo lo que le recomendaron, esté sirviendo de “conejillo de indias” para poner a punto las controladoras ideas de Elon Musk. Lo digo, simplemente –para que no me acusen de conspiranoico-, porque este Albiol con fobia al blanco no me recuerda para nada a aquel otro que parecía sentirse muy orgulloso de vestirse de ídem. 

Y habiéndome desahogado, y sin necesitad de volver a mencionar al hombre que no vio a Vinicius, como le ocurrió  a su Parejo, voy a centrarme en el hombre que no está ni se le espera; ese hombre blanco al que parece que nada le importa que machaquen, día sí y día también,  a uno de los jugadores más decisivos de su equipo. El Tito Flo, ese SS al que la leyenda “periolista” nos ha servido como un genial manipulador en las zonas bajas de las mesas, lleva muchos años sin quererse enfrentar a la mafia arbitral. ¿Será porque ahí no hay dinero a sacar y a este gran hombre sólo le motivan los beneficios monetarios? No tengo ni idea, la verdad, pero lo que sí me molesta, partido tras partido, es constatar que machacar al mejor equipo de la historia del fútbol le salga tan barato a Tebas, a Rubiales y a ese Medina que desde tan lejos “canta”.  ¿Por qué no defiendes a tus jugadores, Florentino, con la misma contundencia con la que has peleado por una Liga Europea al margen de la UEFA? ¿Es que piensas que así matarás a todos estos pajarracos de un solo tiro? Esa podría ser una opción razonable, lo admito, pero me asalta una preocupante duda: ¿podrá aguantar Vinicius hasta que el milagro se produzca? Sinceramente, a este paso, me temo que no.

Por otra parte, y porque no voy a permitir que el Tito monopolice la entrada, califico de muy  esperanzadora la vuelta de Gareth Bale. El galés, creo, hizo un buen partido, así  que se le ha aparecido un buen y motivador fantasma a Rodrygo y a Asensio: la banda derecha busca un dueño definitivo.

Y termino: el empate no es una tragedia, sobre todo porque el calendario liguero parece mucho más favorable para los blancos que para sus más cercanos perseguidores. La Liga, sin embargo, pasa ahora a un segundo plano: ahora toca Champions y el objetivo es París. Y, por añadir algo más, si me entero que el presidente francés, Enmanuel Maricron, es fan del PSG, entonces, el vencerle, será una tarea patriótica.

¡Hala Madrid!