En esta ocasión, y en territorio moldavo-comanche, los chicos de Carletto demostraron, con una energía, con un ímpetu fabricado a base de humildad, que habían asimilado la dura lección del partido de ida y, esta vez, trataron al Sheriff de tú a tú y, en consecuencia, lo encerraron a cal y canto, le abofetearon con tres sonoros goles y nos abrieron, majestuosamente, la puerta para pasar al siguiente salón de duelo de la Champions. Otra vez volvimos a ver al Madrid que aplastó a los granadinos, al Madrid que nos hace disfrutar, al Madrid que nos llena de esperanza y orgullo. Capito, Carlo?

Ancelotti alineó  –casi– el mismo equipo que sacó de quicio a Robert Moreno y a sus discípulos, con dos excepciones,  el regreso a la titularidad de dos compatriotas de Jair Bolsonaro: Militao y Rodrygo. Pesadillas habrá tenido anoche Traoré con ese par de infranqueables valladares que fueron el brasileño y el austríaco. El control del partido por parte de los blancos fue casi absoluto. En parte, también, y hay que admitirlo, porque la estrategia trazada por Vernydub consistía en apostarlo todo a los contraataques. Pero los nuestros –aparte de una “pájara” de unos pocos minutos que salvaron, a pachas, el palo y Courtois– demostraron que tenían grabado a fuego la forma de neutralizar al enemigo.

Los goleadores de la noche fueron Alaba (minuto 30), a balón parado y con la fortuna de un toque amigo que despistó al portero;  Kroos, en el rácano minuto de descuento de la primera mitad, enviando, desde fuera del área un balón al travesaño que, demostrando  otra vez que la suerte estaba del lado correcto, botó dentro; el tercero, como no podía ser de otro modo, le correspondió al condenado Karim que, también desde fuera del área, se sacó un muy preciso y ajustado disparo a la derecha del nada anestesiado Athanasiadis.

La parte preocupante de la exitosa jornada fue la sustitución de Alaba, reemplazado por Nacho, motivada por molestias en la pierna derecha. Esperemos que no sea nada grave y pueda estar disponible para el próximo partido. Le necesitamos, y mucho. Ancelotti, por su parte, aprovechó el momento para dar descanso a Carvajal, que fue sustituido por Lucas Vázquez.  Más tarde  completó el desfile de cambios  introduciendo a Asensio –al que Athanasiadis , luego, tangó, con gran esfuerzo y mérito, un merecido gol– por Rodrygo y al prometedor Antonio Blanco por Casemiro.

Lo otro que es importante dejar registrado es el escaso protagonismo del Vini durante todo el partido, en parte porque estuvo bien vigilado por el trío Constanza-Aarboleda-Abdo. Ya todos los equipos van teniendo clarísimo que, deportivamente y sin violencia, con un solo jugador no pueden detener el cohete brasileño.

Y,  el domingo, a por el Sevilla de nuestro ex: Lopetegui.

P. D.: Sin problemas arbitrales. ¿Será porque el árbitro era polaco?