Disfrutando todavía de la victoria, merecida, tras el tenso partido con el eterno enemigo, hay que agradecer, una vez más, a este equipo excepcional todo lo que nos está regalando. Desde que Pablo Laso llegó al Real Madrid las cosas han cambiado, para mejorar, y espero que sigamos así. Los éxitos de Laso y de su equipo no sólo se pueden valorar –aunque sabemos que eso es lo que marca la diferencia- por los títulos; servidor lo valora más por el sano y competitivo ambiente que ha sabido crear entre sus jugadores y el hambre insaciable de victorias –marca blanca que se había perdido- que les ha inoculado. ¡Ay –y ni aún feliz puedo contenerme-, si el Floripondio tuviera sólo la mitad del carácter del bueno de Pablo otro gallo nos cantaría en el fútbol!

Ayer –y también, aunque en menor medida por la envergadura del rival, el sábado, en la semifinal contra el Tenerife-, vimos un Madrid superlativo en defensa, bien conjuntado y aunque no estuvo lo acertado que hubiésemos deseado en ataque, sí mantuvo ese gen ganador, ese espíritu indomable ante un excelente Barcelona al que le faltó, precisamente, eso que le sobra a este Madrid, o sea, para decirlo en castellano de a pie: cojones y cabeza. Pero, ojo, que esta liga de la COVID va a ser muy dura: Jasikevicius tiene un perfil muy parecido al de Laso –comparemos la bronca, el sábado, de Pablo a Thompkins con la del lituano, ayer, a Smits- y los culés se han reforzado muy bien para salir de la sequía provocada, precisamente, por los leones blancos. Y vuelvo a insistir, Floripondio, toma nota, porque necesitamos otro pívot para ayudar al gran Eddie Tabares –Garuba todavía no tiene el nivel que necesitamos- y trata, por todos los medio$ a tu alcance, que son muchos, de que Campazzo haga lo mismo que Llull y se quede para siempre en el Madrid. El Facu, a día de hoy, es vital. El fichaje del gallego Alberto Abalde –que, por suerte, no se parece ni a Mariano ni a Feijoo- ha sido muy bueno y en estos dos primeros e importantísimos encuentros de la temporada ha dejado claro que puede dejar una agradable huella en el Real Madrid…, más no puede pedir: debut y copa.

En cuanto al resto de la plantilla, digan lo que digan algunos, Rudy y Llull, junto con Carroll tendrán un peso decisivo; Alocén promete y, espero, cumplirá; Gaby Deck, no creo que nadie lo dude, ya es uno de los pilares del equipo, y si alguien tiene dudas, que le pregunte al innombrable montenegrino. Felipón es el aglutinador, la historia, y tendrá los minutos que Laso sabrá, perfectamente administrar; Thompkins, Taylor, Randolph, Laprovittola y Causeur a seguir en la misma línea. Y sí, soy optimista, si el Facu se queda, este año el Laso-Team puede tener otra buena cosecha de copas.

¡Hala Madrid!