Anoche, en el Palau, el Laso Team restauró el orgullo madridista, venido a menos tras una lamentable temporada de la sección de fútbol, y volvió a escribir otra inolvidable página en la ya muy larga historia del baloncesto blanco: quinto campeonato español desde la llegada de Laso;  trigésimo quinto de la historia, casi el doble de los que tienen los dignos derrotados.

Más que del partido, que luego de ver la fulgurante salida de Rudy y el Facu estaba convencido que ganaríamos, prefiero hablar del equipo, de estos hombres que nunca se rinden y que siempre quieren más, aunque ya lo hayan ganado todo. Ayer, tras la victoria, volvimos a ver esa maravillosa camaradería de equipo que tan bien ha sabido forjar Pablo Laso con la decisiva colaboración de sus dos capitanes: Felipón y el Increíble Llull. Las palabras de todos los jugadores no sólo destilaban confianza en el potencial del equipo sino, y por encima de todo, un sentimiento genuino de que el éxito colectivo está por encima de los logros individuales; todo lo contrario de lo que trasmite el equipo que este año tuvo tres entrenadores y tiene un capitán que va, literalmente, a su bola.

Ganar a este buen Barcelona, dirigido por un técnico que prioriza la meritocracia, como es el Comandante Pesic, no ha sido fácil. Y no lo ha sido por tres razones fundamentales: 1) la dura defensa culé que se tradujo, en los tres primeros enfrentamientos, en un dominio claro del rebote ofensivo y defensivo; 2) el extraordinario juego del francés Heurtel en el segundo y tercer partidos; 3) La ayuda clara de los equipos arbitrales permitiendo el juego agresivo del Barcelona y marcando de faltas inexistentes al Real Madrid y que tuvo, como natural consecuencia, el regalo de muchos viajes a los azulgranas a la deseada zona de tiros libres. Esto último se puede resumir muy bien en la clarísima agresión a Rudy, por parte de Heurtel, en el primer enfrentamiento en el Palau y que debió dejar al base culé fuera del partido. Hierrezuelo -ese árbitro que tanto daño ha hecho al Madrid- reconoció, involuntariamente, el atraco de señalar el incidente como una simple falta antideportiva al rechazar la petición de Laso de revisar la jugada (https://www.youtube.com/watch?v=rZpituu76o8). Y esta repetida presión arbitral sobre el Real Madrid –que algunas Copas nos ha costado- se ha hecho, y mucho me temo que se seguirá haciendo, sin que el presidente del Real Madrid se enfrente a ello. Él sabrá por qué no defiende al Madrid a capa y  espada, como, por ejemplo, defiende a ACS.

Pero, a pesar de todo ello, ganamos otra vez. Repito, muy orgullosos de este equipo y del trabajo de Pablo Laso. ¡Hala Madrid!