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[ TIRAD SOBRE EL PIANISTA ]

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TE ECHO DE MENOS, BOBBY

No sólo es porque hoy se cumplen 75 años del nacimiento de uno de los dos genios más grandes que ha dado el ajedrez  -el otro, que nadie lo dude, fue un cubano llamado José Raúl Capablanca-: Robert James Fischer; tampoco es porque servidor, hace unos pocos días, fue a rendir homenaje, en Selfoss, Islandia, al hombre que se adelantó a Reagan en derrotar a los todopoderosos y orgullosos soviéticos; es, simplemente, porque echo de menos el brillante ajedrez de aquellos tiempos en los que Bobby era el más grande entre los grandes.

Todo empezó, para mí, en 1965, en aquel torneo Capablanca in Memoriam, el IV, en el que Bobby decidió participar pero que la tensa situación entre los dos países -el suyo y el entonces mío- parecía que no iba a permitir. Finalmente, el Departamento de Estado de Estados Unidos no autorizó su viaje y Fischer, que nunca permitía que le impusieran reglas, decidió jugar –vía teletipo- desde el Manhattan Chess Club de New York, un acontecimiento nunca antes visto y que nunca más ha vuelto a repetirse en el mundo del ajedrez. Para nosotros, los cubanos aficionados al ajedrez, era como ver a un fantasma todopoderoso encarnado en el hijo del inolvidable Capablanca, que era quien ejecutaba las jugadas del norteamericano en el hotel Habana Libre, el mismo que sólo unos pocos años antes se apellidaba Hilton. Había otros grandes jugadores del momento que, físicamente, sí estaban en La Habana: el excampeón del mundo Smyslov -que al final se llevó el torneo con medio punto de ventaja sobre el norteamericano- , el yugoslavo Borislav Ivkov  o el también soviético Efim Geller , pero todo giraba en torno a Fischer, como también ocurrió, un año después y en el mismo escenario, cuando se celebraron las Olimpiadas de Ajedrez de 1966. Ir al Hilton –perdón, al Habana Libre, ¡jajajaja!- para ver jugar al norteamericano era un regalo que todos los habaneros podían permitirse, aunque desde cierta distancia. No recuerdo que Bobby pusiera reparos a las condiciones de juego –como sí haría muchas veces después-, pero en aquella ocasión lo que hizo saltar al genio de Brooklyn fue que se programara el enfrentamiento USA-URSS un sábado, cuando todos sabían que el recién convertido Fischer no tenía permitido jugar el sabbath. El resto de jugadores norteamericanos se solidarizó con su primer tablero y la dirección cubana del evento dio por derrotados a los norteamericanos 4-0. La decepción fue enorme porque los fans de Fischer, que éramos muchos, deseábamos ver cómo intentaba doblegar el entonces Campeón del Mundo, Petrosian. Sin embargo, para agradable sorpresa de todos, los soviéticos, seguros de ser los mejores y como gesto especial de amistad hacia la cabeza de playa comunista en América, decidieron renunciar a la victoria y estuvieron dispuestos a jugar el domingo; eso sí, para no poner en juego el prestigio del campeón, decidieron poner al frente del equipo a su segundo tablero, el hombre al que Fischer no ganaría partida alguna hasta que se enfrentara con él en la disputa del campeonato del mundo: Boris Spasski. No recuerdo mayor seguimiento de una partida, hasta entonces, que aquella. La televisión cubana estaba presente todo el tiempo en el legendario -para nosotros los cubanitos- “Salón de los Embajadores” del hotel. La partida terminó en tablas, aunque la tele dio muchas veces a Bobby por muerto.

La Olimpiada del 66 creó también la bien propagada mentira –en esto sí que son eficientes los comunistas- de que Castro había derrotado al norteamericano en una partida amistosa. La verdad, por supuesto, era otra, porque el Coma nunca fue un buen jugador de ajedrez: Castro jugaba una partida contra el mexicano Terrazas y, como las cosas no le iban bien, pidió ayuda a Petrosian. El armenio, obediente, se puso a las órdenes del comandante en jefe y la suerte del mexicano comenzó a cambiar drásticamente, tanto, que decidió pedir la ayuda de Bobby, que también andaba por allí…, pero esta vez la caballería llegó tarde y Castro, oportunista fabricante de leyendas, decidió apuntarse el tanto en la cabeza de Fischer. Tampoco se cuenta nunca el epílogo de la historia, que fue que Terrazas, jodido, pidió una revancha que fue concedida y, sin ayuda soviética, liquidó al Líder Supremo en menos de veinte movimientos.

Tuvimos que esperar hasta 1972, el final del trienio más deslumbrante de la historia del ajedrez, para ver a Bobby derrotar a Spassky y llevarse a casa la pasta por la que tanto había peleado y, con ella, el campeonato del mundo, título que ya merecía desde hacía mucho tiempo y que, para quien esto pergeña, mantendrá por toda la eternidad. Etapa que comenzó en el Interzonal de Palma de Mallorca, ganado por el norteamericano con una solvencia impresionante y que cerró con una racha de siete victorias consecutivas, excepcional racha que continuó después con los matches entre los candidatos clasificados para disputar la corona. En ellos, el newyorkino nacido en Chicago volvió realizar otra gesta que tampoco volverá a repetirse: contundentes 6-0 al pobre Mark Taimanov –al que la KGB pasó cuentas por la humillación “imperialista” y al que luego de eso ni siquiera dejó tocar el piano- y al danés Bent Larsen y a su enorme ego. A eso se uniría, poco tiempo después, un remate final de cuatro victorias consecutivas sobre el excampeón y Eterno Rey de las Tablas, Tigran Petrosian, que le abriría definitivamente el camino hacia Reikiavik, es decir, hacia la gloria.

La tensión ante el llamado “Match del Siglo”, que fue, sin duda alguna, el match de mi vida, fue enorme. Por primera vez un duelo deportivo se elevó a las más altas cotas de la política, y lo más curioso –como siempre ocurre en estos últimos cien años de manipulaciones- fue que los dos representantes de las dos potencias que se disputaban en aquellos momentos la supremacía del mundo -y del ajedrez- no eran precisamente los más patriotas entre los patriotas. Fischer ya había declarado que el sólo representaba a Robert James Fischer, aunque era un claro anti-comunista, y cuentan que se había cuadrado militarmente -con un “Yes, Sir”- ante Kissinger cuando este le dijo que por el honor de Estados Unidos tenía que seguir adelante en la disputa del mundial. Spasski, por su parte, nunca fue miembro del Partido Comunista y no le gustaba nada -sabía perfectamente lo ocurrido con Taimanov- la presión política a la que estaba sometido. En Cuba, la politización del enfrentamiento fue llevada al extremo, y era divertido ver a muchísima gente que no sabía siquiera colocar las fichas correctamente sobre el tablero hablar sobre el match y posicionarse, repitiendo el argumentario oficial, a favor del soviético. Los que estábamos a favor de Bobby, y teníamos el pequeño valor de no esconderlo, éramos tan gusanos, allí, como ahora fachas, aquí, por simpatizar con Trump. 

Los fans del norteamericano, que seguíamos el desarrollo de cada partida a través de las jugadas que, fielmente, trasmitía la singular Radio Reloj, no nos desanimamos lo más mínimo ante la derrota de Bobby en la primera partida. Una partida que parecía que inevitablemente terminaría en tablas y que Fischer trasmutó en derrota con una jugada errónea que, fanáticamente, nos empeñamos en creer que escondía una genialidad que éramos incapaces de ver. La segunda la perdió por incomparecencia, pues exigía que retiraran las cámaras de televisión con el argumento de que distraían su atención. Tras el dos a cero a favor del ruso, los cubanos seguidores de rojas consignas ya daban por cerrado el asunto y se tanteaban, complacidos, el bolsillo creyendo que tocaban la victoria, pero no fue así y, aunque sin brillo, el norteamericano ya tenía igualado el marcador tres partidas después. 

Y lo digo ahora: cuando ya la edad me haga empezar a perder la memoria, dudo que olvide nunca la alegría que experimenté con el desenlace de la joya que fue la sexta partida del match, esa en la que Fischer, con las blancas, sorprendió al mundo entero en la primera jugada eligiendo el peón alfil del ala de su dama y moviéndolo dos pasos hacia delante. La forma medida, aparentemente simple y contundente, con la que Bobby tomó la ventaja que -lo sabíamos- ya nunca perdería, trituró a Spassky definitivamente, cosa que no impidió que el caballero –ya dijimos antes que no era comunista- nacido en la entonces Leningrado se levantara a aplaudir la obra maestra de su rival. ¡Qué tiempos aquellos!

Ahora ya no juego al ajedrez; tampoco lo sigo, y sí, te echo de menos, Bobby.

 

Nota: la foto del tablero entre libros es de la librería de segunda mano Bokin, en Reikiavik, donde Bobby pasó una buena parte de sus últimos años.

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COMENTARIOS [0]
[ wh ] ha dicho:
11-03-2018
Citando a retaso :: No. 20 :: 11-03-2018

En cuanto a Cuba, seguramente España pecó de soberbia. Tiene la mala costumbre de matarnos a disgustos.

Dices que "los genes de los cubanos de hoy son -casi- 100 % españoles". Que la población indígena haya desapare...

Retaso, antes de proponerte unas peleadas tablas -ya que esto lo comencé yo y, por tanto, juego con blancas-,  un par de precisiones.

Yo soy un gran admirador del Fischer ajedrecista –y también para el Capita, por una perla que me dejó en cerrado- por no estoy en nada de acuerdo con su vida fuera del ajedrez y, sobre todo, con la actitud que se ha ventilado –y recalco en lo de “ventilado”- sobre sus últimos años en los que, evidentemente, su estado mental no era como para fiarse de sus pablabras.

Curiosamente, Kasparov, que es el único ajedrecista al que he seguido –y jaleado- desde que Fischer abandonó el juego, es también un admirador del juego del de Brooklyn y, por supuesto, también coincidimos en la alegría, sentida y sufrida, experimentada cuando el del Bakú arrebató el título al ruso-comunista.

Y termino con Cuba: los negros nos los llevaron los españoles cuando el generoso Las Casas peleó por proteger a los aborígenes. El problema es que lo amos españoles ejercían su derecho de propiedad  sobre las negritas bonitas… y ahí aparecieron los mulatos, raza que ha dado bellezas notables y que, con justicia, puede considerarse una creación española. Por tanto, a día de hoy, no creo que haya un negro puro en Cuba y, se duda, si también un blanco, de los que, a día de hoy, siguen viviendo en la isla. Hay un dicho cubano que dice que “el que no tiene de congo, tiene de carabalí” y, de ahí, mi comentario del “casi 100%”.

Retaso… ¿Tablas?

[ retaso ] ha dicho:
11-03-2018

En cuanto a Cuba, seguramente España pecó de soberbia. Tiene la mala costumbre de matarnos a disgustos.

Dices que "los genes de los cubanos de hoy son -casi- 100 % españoles". Que la población indígena haya desaparecido, me lo creo, pero, ¿no hay mucho negro y mulato? Nunca estuve en Cuba, así que no lo sé, pero esa es la impresión que me dió.

 

Como supongo que pronto saldrá la crónica del partido con el Éibar, podremos hacer como que no hemos hablado de nada de esto, y no te haré escribir de más, ja, ja, ja.

[ retaso ] ha dicho:
10-03-2018

wh, de que Fischer era un genio no me cabe duda, la biografía que has hecho de él lo demuestra, y por si faltara poco, está el detalle de que mientras que Spassky podia contar con toda la escuela soviética de ajedrez para analizarle las partidas aplazadas, él sólo contaba consigo mismo. Y no porque nadie quisiera ayudarle, sino porque él no quería la ayuda de nadie -le habrían hecho perder el tiempo. El renunciar a jugar el Candidatos por estar amañado, es otro acto propio de un genio, un genio que jugaba al ajedrez más que un genio del ajedrez (algo que se reflejaba en su estilo de juego).

Lo que yo digo es que el match contra Spassky estuvo, por desgracia, "adulterado", pues el Spassky que jugó sólo era una sombra de sí mismo. En un par de partidas del match, Spassky avanzó un peon, supuestamente sostenido por otro. Fischer se los comió en el acto, pues en realidad el peón de apoyo estaba clavado y no podía retomar. Un error tan de principiante que difícilmente verías en un encuentro de liga de clubes, tuvo lugar en la lucha por la corona de campeón del mundo, ¡y en dos partidas!. Podríamos señalar también errores de Taimanov y Larsen cuando les atropelló, pero son de otro tipo, y en mi opinión muy influenciados por la presión psicológica que Fischer provocó en ellos (el modo en que Fischer llegaba a las partidas, sentándose como el que dice "Juega ya, que te voy a abrir en canal, y nos vamos", francamente impresiona). Pero esos errores de Spassky fueron sencillamente infumables.

Entiendo tu admiración por Fischer, como superhéroe contra el sistema, y me imagino lo que debiste sentir cuando se proclamó campeón del mundo, porque yo mismo quise llorar cuando Kasparov derrotó a Karpov en la última partida de Sevilla, y reivindicó el título no sólo por él, sino también por todos los que se negaban a ser unos lameculos del régimen, como lo fué Karpov; un Karpov que se aprovecharía de la KGB para espiar a sus enemigos, un Karpov que obtuvo del segundo de Kasparov las líneas de apertura que habían preparado con vistas al match entre los dos, un Karpov que... bah, que lo cuente Korchnoi desde el más allá.

Conocía el contenido del artículo de Fischer, aunque no lo había leído. Recuerdo una partida de Tal en la que mueve la torre a una posición atacada por un alfil de Petrosian. Petrosian se la come, claro; y Tal abandona. Estos tíos eran unos tramposos, pero habría estado bien que Fischer se refiriera a ellos como "los comunistas" en vez de "Los rusos", pues ni todos eran rusos propiamente hablando, ni sus trampas se debían a otra cosa que no fuera el convencimiento de los leninistas de que TODO vale para conseguir sus fines. Como demostraron el 11 de Marzo de 2004.

[ wh ] ha dicho:
10-03-2018
Citando a retaso :: No. 17 :: 10-03-2018

wh, creo que la sentencia lo deja claro: el hijo de Capablanca no nació  español, pero de haber solicitado su egregio padre que se le concediera la españolidad mientras su hijo era menor de edad, se le habría concedido, por ...

Retaso, voy a empezar por lo más fácil: el ajedrez. 

Yo no sé si tu has estudiado la trayectoria de Fischer y la has comparado con la de Spassky. El ajedrez, como todo, no es sólo es talento, hay que tener algo más, y Fischer era un tipo enormemente competitivo y con unas ganas de ganar como no se ha visto nunca. 

No sé si conoces su historia, pero fue un niño extremadamente pobre, que no conoció a su padre nunca y con una madre que –aunque era muy inteligente, o quizás por eso- se ocupaba poco de sus hijos y, además, era una ferviente comunista… en los Estados Unidos. 

Spassky se formó en esa maravillosa y sectaria escuela que era la academia rusa de ajedrez, rodeado de talentos extraordinarios que se lo enseñaron todo. Spassky fue un gran jugador pero nunca fue un gran competidor. Fischer fue las dos cosas… y más, porque Fischer todo lo aprendió sólo, incluso el ruso, para poder estudiar los libros de ajedrez soviéticos, por tanto, Bobby se autoformó en la admiración hacia el ajedrez soviético y, lo mantuvo, hasta que los conoció realmente. (aquí tienes, por si no lo has leído, el enlace para que leas lo que escribió ese despierto chico de 19 años que había batido a pocos, unos meses antes en el Interzonal de Estocolmo: http://ajedrezcusco.blogspot.com.es/2015/05/el-famoso-articulo-de-fischer.html). 

Ellos dos siempre se llevaron bien, y la concesión de Spassky, en la tercera partido del match, de jugas en una sala de ping-pong demuestra que el de Leningrado no quería, por principios llevarse el trofeo a casa, sin jugar. 

Fischer era un genio y lo demuestra el test de inteligencia que le hicieron para que entrara en un exclusivo colegio de New York (que su madre no podía pagar, por supuesto) y en el que dejó muy atrás los resultados del mismísimo Einstein. 

Vamos a Cuba. Me alegra que sacaras a relucir a Bolívar. ¿No te pones a pensar por qué Cuba, que era ya entonces un territorio español bastante próspero, no le hizo el menor caso a Simón cuando este pasó por allí a pedir ayuda en sus intentos separatistas? ¿Por qué en España se llamaba a la isla la “Siempre Fiel Isla de Cuba”? Porque la pretensión de la abrumadora mayoría de los cubanos (separatistas ha habido casi siempre) era simplemente ser españoles pero, también, ser tratados como españoles. Y en eso España, lamentablemente, falló y no trató a los españoles nacidos en Cuba como a los españoles nacidos en Madrid. Eran otros tiempos y había mucha soberbia y mucha estupidez (como ahora mismo, coñe) entre los que estaban a los mandos. 

Pero lo más importante –para mí- es lo que ocurre a nivel de la sociedad. Cuba fue de los pocos territorios de Hispanoamérica donde la población original desapareció totalmente, por tanto, los genes de los cubanos de hoy son -casi- 100 % españoles. Por eso, cuando un español va a Cuba –aún a la Cuba de hoy- se siente como en casa. Por eso, cuando tras la debacle heroica de la escuadra del almirante Cervera, todos los españoles que se retiraron de Cuba lo hicieron sin llevarse el odio de los que se separaban. Nunca ha existido odio a España (como sí en otras partes de Hispanoamérica) en Cuba. Nunca, y eso es lo que –lo sé- la hace especial para los españoles, aunque sólo sea por instinto. 

 

Retaso… me estás haciendo escribir mucho más de lo habitual… ¡Jajajaja!

[ retaso ] ha dicho:
10-03-2018

wh, creo que la sentencia lo deja claro: el hijo de Capablanca no nació  español, pero de haber solicitado su egregio padre que se le concediera la españolidad mientras su hijo era menor de edad, se le habría concedido, por Ley, ya que el Campeón del Mundo sí nació español.

Me parece muy interesante lo que dices de que desde España no se miraba a las provincias de ultramar con mucha consideración. No sé si fué así, sería una pena. Tampoco sé lo suficiente sobre el tema como para discutir porqué quisieron independizarse, pero sí creo interesante señalar que ahí pudieron intervenir muchos factores. Bolívar, por ejemplo, uno de los que encendió la mecha de la escisión de los territorios del virreinato, era masón, y los masones tenían sus propias razones para combatir una nación, España, que representaba para ellos todo lo contrario de aquello en lo que creían. Su intención era crear naciones sin reyes, sin sumisión a la Iglesia... en fin algo muy diferente a lo que era España.

También sucede que los movimientos independentistas suelen ser promovidos por gentes que quieren ser cabeza de ratón antes que cola de león. ¿Por qué hay un movimiento independentista tan fuerte en Cataluña? No será porque se haya tratado mal a los catalanes, al contrario, pero algunos ven la posibilidad de sacar provecho de la independencia (aunque sólo sea el de escapar a la acción de la justicia española), y arrastran al pueblo a sus ideas. Los movimientos revolucionarios siempre son generados por unos pocos que arrastran a otros para conseguir sus fines, para al final ser ellos quienes se queden con la mayor parte del pastel -el caso de los Castro sin ir más lejos. Une a eso que suelen haber terceras naciones que apoyan esos movimientos revolucionarios para sus propios fines (ej: Alemania apoyó la marcha de Lenin a Rusia para tocarle las narices al zar).

No me cuesta trabajo entender lo del sentimiento porque me temo que es algo que sigue dándose: muchos canarios, por ejemplo, creen que desde la Península no se les tiene por españoles al 100%. Pero me temo que es un síndrome, producido por el hecho de que se hallan muy lejos de la Península, y eso es algo de lo que son muy conscientes en las islas. Desde la Península no tenemos esa misma consciencia porque, sencillamente, nos solemos olvidar de que las Canarias también son España. Pero no les minusvaloramos en lo más mínimo, ni consideramos que las Canarias sean menos España que las provincias penínsulares, es sólo que resulta fácil olvidarse de ellas cuando uno se hace la imagen de España como una piel de toro.

En cualquier caso, entre la isla de Cuba y la Península la distancia física es tan grande, y algunas diferencias culturales son también tan importantes, que la separación era prácticamente inevitable, tarde o temprano. Ojalá -a mi entender- se hubiera creado algún tipo de Federación Española formada por  naciones soberanas, la España actual y las naciones que se formarían en los territorios de ultramar, de manera que se cumpliese a la vez la condición de independencia y la de unión entre territorios y pueblos que estuvieron unidos durante siglos. Pero ni los españoles ni los libertadores lo habrían entendido. En cambio los españoles ahora aceptan una división artificial (la de las Autonomías) que ésa sí que carece de sentido, porque todos los españoles se sentían unidos hasta que llegaron los políticos a meter cizaña.

 

Cuando el match del siglo, Fischer había alcanzado su cénit como ajedrecista mientras que Spassky estaba a punto de pasar del ajedrez. Para cuando repitieron el match por el Campeonato del Mundo (vamos a creérnoslo) Spassky llevaba lustros ofreciendo tablas rápidas en los torneos para irse a jugar al tenis.

Desde luego, el hecho de que Fischer le sorprendiera con la Inglesa, la Alekhine, la Pirc y el Gambito de Dama, y lo hiciera tan bien, demuestra su categoría.

[ retaso ] ha dicho:
10-03-2018

Avogadro, el libro al que me refería es el de Lorenzo Ponce Sala. Torán fué el que comentaba las partidas por televisión.

Me refiero a la partida 6ª, esa misma que Spassky aplaudió, y que es quizá la más famosa del match. La maniobra Cd4, e4 etc. yo la ví en el acto, ¿cómo no pudo verla Spassky?

Creo que de haber jugado Spassky a su nivel, Fischer le habría ganado igual, como lo demuestra la partida en la que le hace tablas con calidad de menos, y aquella en la que le gana un final que Spassky sigue preguntándose cómo se podía perder. Esas fueron interesantísimas partidas, que tuvieron lugar hacia el final del encuentro, cuando Spassky despertó y empezó a jugar a tope. La pena es que en las primeras no diera el mismo nivel.

[ ZAPEZIPI ] ha dicho:
10-03-2018

Magnífica entrada, WH, tanto en la buena prosa como, sobre todo, en el fondo y en el sentir que destila. No me refiero al ajedrez, que no es lo mío.

Pero mis dos visitas a Cuba me han dejado una huella indeleble. Si me esfuerzo en no dejarme llevar por la política, por sus dirigentes, ni por el Derecho aplicable a la nacionalidad, etc.…; si me zambullo sólo en las maneras de ser y vivir de sus gentes, debo decir con rotundidad que en ningún sitio del mundo me he sentido como en Cuba. 

Al llegar allí la sensación fue como volver al pueblo de nacimiento donde todo es natural, conocido, sus gentes, sus sonidos, sus olores, su modo de relacionarse. Nada me resultaba extraño como ocurre con otros países cuando los visitas de nuevas; al contrario, es como cuando llegas a casa, a tu sillón favorito. Estás en tu mundo de siempre, en ese entorno armónico que te resulta natural.

Sólo quiero aportar mi sensación personal de que por encima de cualquier circunstancia, Cuba, como pueblo, es pura España y así creo que la sentimos. Que Dios la bendiga.

[ Counali ] ha dicho:
10-03-2018

Joer......la cantidad de cosas q aprende uno aquí....

¡¡¡ Estoy encantado!!!!!

[ wh ] ha dicho:
09-03-2018
Citando a retaso :: No. 11 :: 09-03-2018

wh, la sentencia que citas deja claro que hasta 1888 los nacidos en Cuba eran españoles (¿qué otra nacionalidad podrían tener si no? ¡No iban a ser apátridas!). El problema está en si sus hijos adquieren la na...

Querido y admirado retaso, me están metiendo en un tema que no me gusta pero que, por principios, tampoco puedo rehuir. Es un asunto que para mi quedó cerrado hace tiempo pero, si tengo que posicionarme, entonces lo haré como cubano y no como español.  

Empiezo con la sentencia que, como yo reconocí, no pone en discusión que un nacido antes de 1898 en lo que se consideraba como “territorio español” -y Cuba lo era- fuera técnicamente español, cosa reconocida, además, por todas las constituciones españolas del siglo XIX. El problema de la sentencia es que se le dice a la mujer que está reclamando la nacionalidad española –ahora- porque su padre nació en España (o sea, Cuba) en el siglo XIX, que ella no tiene el mismo derecho a obtenerla que si, por ejemplo, este hubiese nacido en Madrid, en la misma fecha. Y eso lo he vivido en muchísimos casos y te puedo citar ejemplos a montones. Por tanto, a efectos prácticos, si el hijo de Capablanca reclamase –como esta señora- la nacionalidad española, ahora, le dirían: nanay de la china. ¿Era entonces Capablanca español o no?

El otro problema, que entiendo que a vosotros os cueste trabajo de entender, es el del sentimiento: Capablanca y muchos otros más que nacieron en territorio español se consideraban ante todo cubanos y no españoles. ¿Por qué? Pues simplemente porque España nunca trató a su territorio de Cuba, Puerto Rico o Filipinas de la misma forma que a Castilla o a Aragón. España, miraba a los cubanitos por encima del hombro aunque la mayoría de esos cubanitos deseaban ser españoles al 100% ¿O entonces porque pelearon por independizarse? 

Y el tercer problema  es el típico oportunismo de selección: joder me pido al gran Capablanca como español pero no al hijo de puta separatista de José Martí, que también nació antes de 1898, o al cabronazo de Antonio Maceo –negro ,además- que tanto hizo sufrir al gran Martínez Campo. 

Insisto, no me gusta entrar en estos temas porque yo nací en Cuba y elegí ser español en lugar de, por ejemplo, norteamericano, y donde, seguramente, me habría ido mucho mejor. Yo, lo he dicho siempre, tengo más mérito que muchos nacidos aquí porque yo elegí lo que quería ser. Y Capablanca, os guste o no, no pudo ser otra cosa que cubano porque, viviendo en Cuba y teniendo 10 años cuando España nos perdió para siempre, no tenía opción para elegir. 

Fidel Castro, por ejemplo, si podría pedir ahora la nacionalidad española, porque su padre nació en Galicia. Entonces qué, ¿es Fidel Castro español o es un puto cubano? En eso seguro que coincidimos todos.

Y vamos a Fischer. Yo lo que he dicho es que para mí los dos jugadores de ajedrez más grandes de la historia son Capablanca y Fischer. Por supuesto que no niego las virtudes de los demás pero, para mí –insisto, para mí- estos dos mostraron en su momento una superioridad sobre los demás que no tuvieron los otros grandes que señalas. Con el añadido que tanto Fischer como Capablanca vivieron en épocas donde había grandes talentos a su alrededor.

Spasski: creo que le tildé de caballero y no eché leña alguna sobre él. Ahora, su curriculum no puede compararse al de Fischer y –creo, repito- creo- que gran parte de los errores que cometió en el match de Reikiavik fue por mérito de Fischer que cambió su repertorio habitual de juego para este encuentro. Y el mejor ejemplo de la superioridad de uno sobre otro fue que en el match de 1992, cuando ya no había presión política alguna, Fischer le volvió a pintar la cara (esta vez 10-5, sin contar la tablas) cuando Spasski aún seguía en activo y Fischer no había vuelto a jugar una sola partida oficial desde 1972. 

Fischer era una máquina de ganar y, repito, dejó récords como esos 6-0 o más de un torneo ganando todas las partidas que nadie ha vuelto a hacer. 

Fischer tenía muy buena relación con Tal, que fue el único jugador soviético que pensaba que Fischer sería campeón del mundo. Los demás, empezando por Spassky, antes de los matches de candidatos del 71, pensaban que el norteamericano era pan comido.

Y Fischer fue gran admirador de todos los jugadores soviéticos hasta que en el torneo de candidatos de Curazao de 1962 se dio cuenta, con 19 años, que los soviéticos pactaban tablas entre ellos para dejar fuera a los demás… cosa que denunció luego y la cabrona FIDE (tan cabrona como la UEFA) terminó dándole la razón y, por eso, luego los torneos de candidatos (como el del 71) se dirimían en matches.

[ Avogadro ] ha dicho:
09-03-2018

Coincidimos bastane,retaso,  en nuestra simpatía por el caballero Spassky, sin duda por una lado adocenado, y por otra parte con la presión de defender a la escuela soviética que desde 24 años mandaba en el ajedrez (los soviéticos incluso podían incluir a Alekhine, aunque este llegó a colaborar con los nazis). Yo compré un libro de bruguera, pero no era de Torán, sino de Lorenzo Ponce Sala (gracias internet por recordarme el autor). Me extraña lo de la partida 6, porque creo qeu fue aquella famosa partida en que Spassky se levantó aplaudiendo a Fischer, ¿no sería la 5, donde Spasssky cometió una pifia asombrosa?. 
De todas formas después de la segunda parte, Spassky jugó mejor y hubo partidas de gran calidad aunque muchas fueron tablas.

¿Qué le pasó a Fischer que criticaba a Botvinik por no jugar torneos, y luego el ya no volvió a jugar salvo la famosa revancha en Montenegro?

[ retaso ] ha dicho:
09-03-2018

wh, la sentencia que citas deja claro que hasta 1888 los nacidos en Cuba eran españoles (¿qué otra nacionalidad podrían tener si no? ¡No iban a ser apátridas!). El problema está en si sus hijos adquieren la nacionalidad española automáticamente, pese a que ya nacieran en terriorio no español. La sentencia dice que los hijos sólo adquirirán la nacionalidad española si los padres la solicitan durante la minoría de edad de aquellos.

Por eso para mí es obvio que Capablanca nació español, aunque luego pudiera adoptar la nacionalidad cubana.

 

En cuanto a genios, creo que la lista debería incluir a Steinitz, Morphy, Alekhine, Botvinik y Tal.

El propio Fischer, que no respetaba a los soviéticos, sentía gran admiración por Tal. Me encanta la foto de la partida de Fischer con Spassky en La Habana, porque el americano a quien mira es a Tal, ja, ja.

 

Entiendo que un cubano quisiera darle una patada al Coma-andante en el trasero de Spassky, pero yo, que siento un especial cariño por el noble Spassky, lamento profundamente que jugara el Mundial como un imbécil.

Me aficioné al ajedrez viendo al MI Román Torán comentar en televisión española las partidas del "Match del Siglo". En cuanto que salió el libro con las partidas, me lo compré. Pero hasta un principiante como yo, con dos meses de ajedrez en el cuerpo, podía ver a simple vista la interminable retahila de errores descomunales que cometió Spassky. Por ejemplo, cuando en la sexta partida Fischer coloca su dama en a3, claramente está intentando fijar la clavada al peon de c5. Lo prudente por parte de Spassky habría sido solucionar ese problema cuanto antes. En vez de eso, juega 17 Cd7, permitiendo a Fischer una maniobra que se va de las manos (Cd4, CxA, e4, f4 y e5), dejando a Fischer con una posición en la que Spassky está completamente maniatado y restringido, y el americano sólo necesita organizar sus piezas del modo que mejor considere para el asalto final. g3 en la 3ª partida (es mi opinión), el modo en que se deja la calidad y los peones en la 8ª, etc. En definitiva, que Spassky no se presentó al Match.

Fischer nunca había conseguido derrotar a Spassky hasta entonces, lo que cuasi demuestra que contra el mejor Spassky la cosa habría estado muchísimo más reñida.

 

El aquelarre de ayer me ha dejado matao. No tanto como puedo llegar a estarlo si fichamos a Neymar (y encima gastando 400 millones), pero por ahí le anda. Lo fácil que es manipular a las masas no deja resquicio a la esperanza de que se invierta el rumbo hacia el abismo.

[ bg_rules ] ha dicho:
09-03-2018

Ya era hora de que el blogger se nos descolgara con uno de sus clásicos. Realmente, más que felicitarle por el mismo hay que darle un tirón de orejas por la racanería, que nos los suelta cada dos años, leñe. A ver si se prodiga...

 

 

[ wh ] ha dicho:
09-03-2018

Y ahora me doy cuenta que me se me escapó un detalle importante amigo D. Mundo: tanto Capablanca como yo (y también la mayoría de los cubanos, pero no todos) somos culturalmente españoles. Y, creo, que eso es lo más importante. Lo otro es una etiqueta que, a veces, es opcional y otras, no.

Un abrazo.

[ wh ] ha dicho:
09-03-2018
Citando a Mundo :: No. 7 :: 09-03-2018

Con el debido respeto a Don WH:

 

Raul CAPABLANCA era ESPAÑOL de nacimiento, Cuba era  una provincia Española cuando él nació, aún hoy muchos "puertoriqueños" y cubanos siguen reivindicando s...

Con todo el respeto que me merece D. Mundo debo decirle que D. José Raúl Capablanca y Graupera era cubano (y por el mismo respeto voy a esquivar las mayúsculas).

Y hay dos razones para argumentar que era cubano, y sólo cubano, aunque hubiese nacido, efectivamente, en 1888 cuando Cuba era todavía territorio español. La primera es que la primera vez que salió de Cuba (alrededor de 1904) ya la isla no era territorio español y salió con pasaporte cubano. Sus padres, los dos, también habían nacido en Cuba, aunque su padre era militar del ejército español. O sea: Capablanca nunca tuvo nacionalidad oficial española y nunca se sintió español (al menos que me conste). De hecho, en su primer torneo internacional de ajedrez, el que le hizo saltar a la fama internacional (considerado el primer gran torneo de la historia del ajedrez),  en 1911, en San Sebastián, España lo hizo, por supuesto, en representación de Cuba y allí, oficialmente, todos lo trataron como cubano, que es lo que era.

La otra es la vertiente legal, y ahí tampoco parece que la cosa encaje con su teoría de la españolidad de Capablanca. Le pongo el siguiente enlace para que extraiga sus propias conclusiones: https://eldiariodelamarina.com/cuba-era-espana-antes-de-1898/

Y, por último, está mi situación personal: nací en Cuba y, ahora, sólo tengo pasaporte español. ¿Qué soy yo, D. Mundo, cubano o español?

Y sí, seguramente Bobby habría soltado pestes sobre la sucia jugarreta del Maine, pero tampoco se habría callado sobre la llamada Reconcentración de Valeriano Weyler que tantas vidas costó entre los cubanos...porque, D. Mundo, esos a los que D. Valeriano metió en cosas muy parecidas a los campos de concentración también habían nacido en Cuba cuando era territorio español y D. Valeriano -¿qué le parece?-  nunca los trató como españoles. 

No nos metamos en esos berenjenales, D. Mundo,  es lo mejor.

[ Mundo ] ha dicho:
09-03-2018

Con el debido respeto a Don WH:

 

Raul CAPABLANCA era ESPAÑOL de nacimiento, Cuba era  una provincia Española cuando él nació, aún hoy muchos "puertoriqueños" y cubanos siguen reivindicando su Nacionalidad Española a la que tienen derecho según ellos y en virtud de las chapuzas ilegales que se cometieron en su tiempo.

 

En cuando a Bobby FISCHER, de haber sido contemporáneo de CAPABLANCA habría que haberle oido sus comentarios sobre los yankys de la época del Maine, hubieran sido jugosos, valientes y brillantes como su juego y no creo que fueran mejores que los que siempre hizo en su exilio islandés de los dueños de la Reserva Federal y su injusta persecución por pensar diferente y decirlo en voz alta (que es lo peligroso),  también yo echo de menos a personas con principios y que van por derecho como él  

 

reciba un cordial saludo D.WH

[ ayer ] ha dicho:
09-03-2018

Muchas gracias, Cuná.

Expresa lo mismo el cantante Travis Tritt en uno de sus éxitos más importantes:

Dónde estaríamos sin...

Amor de Mujer

https://www.youtube.com/watch?v=pmdxujXWo_s

 

[ Counali ] ha dicho:
09-03-2018

En la otra orilla de trató el tema del 8-M. Esta es mi contribución, traida del wasap....

Chiste dedicado a Ayer......!!!! Y al resto también, en especial a Nadams...

Ayer fue el día de ellas.

Hoy es el día de ellas.

Mañana va a ser el día de ellas.

Siempre lo ha sido y siempre será el día de ellas.

Siempre nos alegran cuando estamos tristes, nos calman cuando tenemos problemas.

Nos proporcionan noches maravillosas, y sí, a veces, nos dan un poco de dolor de cabeza.

Pero con tantas otras cosas buenas nunca podemos estar sin ellas.

Así que, sólo tengo una cosa que decir:

¡¡¡Gracias CERVEZAS!!!.

[ ocin ] ha dicho:
09-03-2018

Oye, que es un gustazo tenerte cerca. Por lo que veo, sí fue productivo pasar tanto frio.

Abrazo fuerte

[ Counali ] ha dicho:
09-03-2018

Sobre Bobby sólo puedo decir una cosa: se perdió lo mejor del mundo: ser y vivir el RM.....jej jej jejeje jejeje

En serio, lo q he leído sobre él hace q le tenga un profundo respeto como ser humano. Como ajedrecista no puedo explayarme por no tener la suficiente preparación para hacerlo.

Agradecer a WH la entrada. Confirma con ello q este es de los mejores lugares para arrimarse y contribuir con lo q se pueda.

Arriba España..... hala Madrid....... libertad.....!!!!

[ ayer ] ha dicho:
09-03-2018

Qué bella historia. 

Viva la víbora chesera. 

Mi padre, paladín de la libertad, quiso introducirme en este juego inteligente, pero no le hice caso ni en esta ni en otras cosas. 

-¿Echamos una partida, chaval?

-Luego si eso, que agora empieza Yin Gües.

Y así me fui criando más tonto que Abundio por propia querencia. 

https://www.youtube.com/watch?v=AsyAtqzyY6U

 

 

[ NickAdams ] ha dicho:
09-03-2018

Nunca he jugado regularmente al ajedrez, wh, aunque me sé las reglas, pero sí sé lo que representó Bobby Fischer para el mundo del ajedrez y para el mundo en general en aquellos tiempos de guerra fría y Unión Soviética vendiendo una solidez que, visto lo visto, no tenía.

D.E.P. el gran Bobby.