Ayer, una vez más, quedó muy claro que este Real Madrid -que ahora administra Zinedán- tiene buenas fichas de lego futbolero, suficientes para construir variopintos andamiajes que bastan para ganar a adversarios de la entidad de nuestro vecino de Butarque…Otra cosa es decir que nos quedamos satisfechos con el juego que condujo a esa victoria, porque sería mentir.

En la noche de anoche la muy cotizada BBC se fraccionó y la parte en peor estado físico (Bale y Cristiano) se quedó, arropadita y mimadita, en casa, mientras que el mejorado Benzema quedaba como bala de recambio en el banquillo por si en los últimos minutos se necesitaba de su ayuda. Por suerte, no hizo falta, y eso permitió que Mariano el Bueno saliera a correr unos minutos por el resbaladizo césped leganesco y tocara una vez -¡una!- el balón. Que sí, Sisú, que ya lo tengo claro, que dejaré de protestar, que me queda más claro cada vez que el muchacho está en el punto más bajo de tu escalafón y que a James lo quieres mucho pero no tanto como a otros. Así es el amor, casi siempre peleado a muerte con la razón.

Y, volviendo al lego,  si nos pareció bien que se quedara fuera la BBC –aunque sin compartir al 100% la argumentación de la ausencia-, nos creó un poco de mieditis la defensa en la que volvieron los ahora muy discutidos Marcelo, Canelita, Danilo y Keylor. El tico sigue sin recuperar su antiguo nivel y a mí me deja una sensación de inseguridad que me empieza a recordar los últimos años de su antecesor en el cargo. Quedamos, en su caso, en manos del Altísimo al que el bueno de Navas siempre recuerda. Danilo ayer no tuvo su peor partido –lo cual es para aplaudir-, cosa que compensó el bueno de Nacho dándonos uno de los mas deficitarios partidos, en defensa, que le recuerdo. Marcelo está desastroso en el plano defensivo –nada nuevo-, pero casi nulo en ataque, lo cual no es novedad en los últimos tiempos que corren por la banda que una vez compartió con el ahora fantasmagórico Coentrao -¿realmente existe un jugador con ese nombre?-. Ese centro del campo de Casemiro, Kovacic y James funciona bien en el ataque, y se vio perfectamente en los escasos veinte minutos que  nos costó fabricar los tres goles que presagiaban una noche de marcador tenístico y que se apagó por completo en los últimos minutos de la primera parte, que nos hicieron recordar que las tragedias no sólo las imagina Shakespeare. Lo mejor del Madrid, aun en su estilo guadianesco habitual, fue el mallorquín Asensio Willemsem, esa mezcla exquisita de frialdad holandesa y empuje ibérico, que nos fabricó, con la complicidad del mejor James, el golito-joyita que abrió la lata. Luego un palo de Danilo y el escorado cabezazo de Morata, tanto, que por un momento le dimos el crédito del gol a un generoso Nacho, que fue quien le sirvió el balón y lo escoltó después casi hasta el mismo fondo de las redes. Y cerró el despliegue, como si del Trío Los Panchos Blancos interpretando “Sabor a Real Madrid” se tratara, la asociación James-Kovacic-Morata poniendo en el marcador un rumboso cero a tres que durante unos gloriosos minutos pareció definitivo. ¿Por qué Kovacic no tiene más minutos, Sisú?

Del apagón que nos llevó del brillante cero-tres al agobiante dos-tres hay que responsabilizar a todos. Dieron el partido por cerrado y se achantaron como sólo ellos saben hacerlo, y no me vale que el primer gol llegara en un muy justo fuera de juego –como el nuestro del partido anterior- que es muy difícil de ver. La defensa del segundo, tras un córner, con Nacho habilitando al rematador y Keylor incapaz de despejar un balón que llegó a tocar, desastrosa. Mi subjetiva impresión –y subrayo lo de subjetiva- es que el mejor Keylor que hemos visto no se habría tragado este balón. Por suerte, los primeros tiempos siempre duran cuarenta y cinco minutos.

La segunda parte fue diferente porque el Madrid controló más el partido y llegó muy rápido el cuarto gol, que volvía a abrir la brecha, gol del que se quiso apropiar Morata pero que lo marcaron las nada orquestales manos del Mantovani del Lega. En mi opinión, debió anularse el gol y señalarse penalti, pero... 

Pasaron más cosas después, el Madrid tuvo más oportunidades, pero no era el día de Lucas Vázquez –Herrerín no estaba tampoco por ayudarle un pelín- y el gallego, a su vez, no quiso regalar nada a Mariano el Bueno cuando este salió a disputar sus escasos minutillos. Isco y Modric, salieron en los últimos momentos a rodarse un poco para el finde y a dar estabilidad al equipo. Correcto.

Somos mejores que el respetable Leganés; mucho mejores, así que unos buenos instantes nos bastan para ejecutarles, pero las dudas siguen creciendo: ¿podremos, jugando así, con el Atleti, el Bayern o el Barcelona? No lo sabemos ni yo, ni tú, ni -lo que es más grave- Sisú.