Por una vez voy a estar de acuerdo con Don Florentino Pérez Rodríguez, al menos, en la literalidad de una frase: “La imagen de España es la del Real Madrid”. Ya sabemos lo que significa eso en el discurso acartonado, falso y aburrido del presidente blanco, voluntariamente encerrado en una tiránica burbuja que le ahorra enterarse de lo que piensan de él una parte considerable de socios y aficionados. Y, como todos los tiranos que son y han sido, este ya se ha buscado un culpable genérico contra el que cargar ante cualquier cosa que le incomode: los ultrasur. Lamentable
mente para él, y para todos, la realidad es tozuda e incorruptible, y lo que nos muestra es una España fraccionada y enfrentada, casi tanto como lo está la afición madridista. Los principales culpables, en ambos casos, son los dos cobardes presidentes que padecemos: Rajoy y Pérez.
De Rajoy no toca hablar aquí y, por otra parte, parece ya sentenciado a pesar de haber ganado, estrechamente, el último partido. Aquí estamos para hablar de Pérez, que, desgraciadamente para los madridistas que no comulgamos con la secta de ACS, tiene una situación, formalmente, más sólida, a la espera de que se pronuncie la justicia sobre sus reformas de estatutos. Cierto es que los últimos resultados deportivos, incluida la eliminación en los despachos de la Copa del Rey, han puesto cada vez más tensa su relación con el público del Bernabéu, los censores más directos -y expuestos- de la gestión de Pérez. Se le acaban los cortafuegos, y no parece que sea capaz de crearse unos nuevos.
Benítez, el hombre duro, el que –según su esposa- es el encargado de arreglar los desaguisados que provocan otros, se ha quedado muy pronto sin apoyos: ni la afición, ni la mayor parte de los jugadores, ni la directiva del club (diga lo que diga Pérez en sus leídos discursos) creen que el madrileño sea capaz de llevar al equipo por senderos victoriosos, aunque sean posibles, todavía, Liga y Champions. La cabeza de Benítez era la que Pérez podía ofrecer al final de otra temporada en blanco para intentar calmar a sus temidos “ultrasur”, pero no parece que pueda ser suficiente, y Zidane no parece preparado para el sacrificio.
La indolencia y el pasotismo de una parte importante de los jugadores, los consentidos del modelo deportivo de Pérez, tiene harta a los aficionados, que comienzan a reclamar su marcha del club. Tampoco por aquí parece que Pérez pueda encontrar ilusión. ¿Un deslumbrante fichaje de invierno para crear falsas esperanzas y ganar tiempo? ¿Quién? Todas las estrellas parecen estar en sus puestos, y la única que está libre, la que generaría muchísima ilusión en una parte de la fraccionada afición blanca, es lo suficiente inteligente para no repetir experiencia con el presidente que no le apoyó y los jugadores que le traicionaron.
Pérez, como Rajoy, debería dimitir. En ambos casos se puede decir que, como mínimo, su proyecto no tiene suficientes seguidores como para conseguir la legitimidad moral que necesitan los líderes. Su debilidad ante los enemigos declarados –y para muestra, la humillante comida, discursillo petitorio incluido, ofrecida a la prensa enemiga en el Bernabéu – demanda que renuncie a seguir intentando lo que n
o es capaz de conseguir. Como ocurrió ayer con Rajoy, necesitamos de un Aznar madridista –que puede ser el mismo expresidente- que le exija a Pérez una Asamblea General donde se otorgue voz y voto a cada uno de los socios, que se acabe de una vez con el fraude de los compromisarios y que se abran opciones para encontrar un relevo sólido a la presidencia del club.
Ya sabemos, no obstante, que ni Rajoy ni Pérez barajan como opción abandonar voluntariamente la cabina de mando, así que habrá que estudiar otras opciones. En el Madrid parece que ya existe un movimiento de socios, de color ámbar, que empieza a generar ilusiones de cambio. Ya pueden verse, en el estadio, algunas pancartas amarillas reclamando, educada y democráticamente, la marcha de Pérez. Queda poco, cuando aumenten en número y la policía rentada de Pérez no pueda intimidarlos y controlarlos, para que comiencen a llamarlos “ultrasur”. Ese será el momento en que sabrán que han alcanzado la mayoría de edad. Mientras tanto, y para terminar con una frase que me lleve al equilibrio, tendré que decir que, a día de hoy, la imagen de Pérez es la de Rajoy.
"MANDAMAL", genial Galego 49, eso es exactamente lo que es Flojoytimo, un "mandamal". Ni siquiera el gran Mou hizo que mandara mejor, pues se deja mangonear por las vedettes.
Por razones de trabajo, me he trasladado a Polonia y la instalación me está llevando tiempo.
Feliz Navidad a este grupo excepcional...y visiten Polonia cuando puedan, las polacas con más guapas que Lewandowsky.
El desencanto en todo el madridismo con la gestión a nivel deportivo de Flojoytimo Pérez es total y por lo que se lee y escucha, el desánimo impera en todos o casi todos los aficionados y ya tenemos una nueva temporada tirada al garete por obra y gracia de unos mimados peseteros mercenarios y consentidos, sin que haya nadie de la junta directiva que diga nada a una sufrida afición. Me huelo que la temporada para el inquilino del palco presidencial va resultar demasiado larga y eso va a terminar quemándolo, y no vale decir que los de las pañoladas y gritos al palco son solo los ultrasur, pues cada día hay más gente asqueada con la trayectoria del mandamal del Real Madrid.
La verdad es que en esta noche prefestiva, y dado por hecho que no hay quien aguante la tele, uno navega más y se lee la prensa más a fondo de lo habitual. Y en esa modorra lectora, acabo de leer al Candau de toda la vida.
Ya sé que son días de paz y amor pero uno no es totalmente santo y he sentido una leve satisfacción en esa lectura. No por su prosa, que es infumable. Confieso que me ha producido un cierto placer ver cómo vomita bilis desesperadamente ante el espectro del eventual retorno de Mou.
Y como este Candau hay a montones en la fauna periolística. ¿Es que no rebajan su odio ni siquiera en Navidad?
¡Feliz Navidad!
Regreso de mi voluntario retiro provocado por la decepción ante este lamentable Madrid que mis ojos están viendo para mencionar las palabras de John Terry sobre la marcha de Mourinho: "Estamos decepcionados por su marcha y nos sentimos responsables de esta situación, no vamos a negarlo. Tenemos que asumir esa responsabilidad".
Aquí pueden haber dos cosas, las admito: a) que viendo la reacción de la afición, abrumadoramente a favor de Mou, quieran echar marcha atrás luego de haber conseguido su objetivo; b) que sean sinceras en el caso de Terry, que siempre ha demostrado ser un gran capitán. Y son posibles las dos al mismo tiempo.
Sea lo que sea dos temas quedan muy claros: a) que el peso de Mou es enorme, pese a quien le pese en la corrupta prensa patria. b) que nadie en el Madrid tuvo la altura de miras de Terry para intentar paliar en algo la división de la afición que, a día de hoy, sigue tan dividida como cuando se fue el portugués.
Espero que Mou no vuelva al Madrid mientras estén aquí Florentino, Ramos, Pepe y Ronaldo.
¡Viva Mou! ¡Fuera Florentino!
Desengañémonos: lo que hoy es el Madrid no tiene aspecto de ir cambiar. Ni FP está dispuesto a variar su estilo (la última, la clásica comida de cada Navidad en la que vuelve a humillarse delante de la prensa que nos machaca), ni hay en el horizonte quien le pueda sustituir. Cada vez se está haciendo menos atractivo el producto que ofrece. Empieza a no llenarse el estadio, con tanto lío, tanto señorito deambulando por el campo, tan pocos resultados positivos, tan intempestivas horas de partido, tan caros precios... y tan enorme sensación de que los que saltan al campo son mercenarios que piensan sólo en ellos mismos y en su peinado. Triste panorama, casi tanto como el que ha vomitado el domingo. Malos tiempos.
Así es, la imagen de Flojoytimo Pérez es la de Rajao, y la de España la del Real Madrid. Unos traicionaron a sus votantes y socios haciendo lo contrario de lo que prometieron, y los otros vagan a la deriva sin rumbo en medio de amenazantes nubarrones y grandes arrecifes rojizos...
Y coincido también, los Ultrasur (esos ultras que ya fueron expulsados) vendrían a ser como el bloqueo del imperialismo yanqui cubano, la conspiración judeomasónica franquista o el enemigo exterior cajón de sastre a quien culpabilizar de todos los males.
Para mi, Benituco es historia, un mero accidente en la grandiosa historia madridista,y su tumba la cavó él mismo bajándose los pantalones en el vestuario ante las vedettes. A los que por cierto, si no cambian las tornas, vamos a ver enfrentamientos. ¿Lo último?, Jesé no quiso jugar de lateral zurdo 5 minutos y el filigranas Isco tuvo un ataque de risa cuando el Rayo nos marcó el segundo gol. Mucho arte tiene el malagueño, sí señor.
Y sí, MR y FP deberían dar un paso atrás y dejar paso a una renovación en el PP y en RM, pero se agarran a la poltrona como lapas, sin querer reconocer que su tiempo ya pasó y son un cáncer para Espa y el club blanco.
P.D. Y el montaje que acompaña al artículo es impresionante, acertadísimo para ilustrar ambos personajes. Y mira que vemos montajes buenos, pero el de hoy es top... re-top.
No he podido menos que reírme un rato con la imagen mixta de Florentino y Mariano, ¡vaya par!
Pero la cosa no es para reírse: tanto España como el Madrid están hechos unos zorros y, en ambos casos, no se vislumbran mejoras a corto plazo. Estoy de acuerdo en que tanto Rajoy como Pérez si, como dicen tan frecuentemente, les importa tanto lo que presiden, deberían dimitir ya. Y en ambos casos, y ahí también coincido, dejando que los militantes de PP y los socios del Madrid decidan, respectivamente, quiénes deben ser sus sustitutos. No es tiempo de dedos para intentar sostener lo que ya no es sostenible.
¿Lo veremos? Pues oyendo la respuesta de Rajoy a Aznar y lo soltó Pérez en la comida con la prensa, me temo que no.
Gracias por las felicitaciones navideñas, todo un detalle, y mis mejores deseos para todos.