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[ TIRAD SOBRE EL PIANISTA ]

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UNA BELLISIMA GINA

Mis Mujeres de Cine -3.

Cuando aquella tarde de domingo entré junto a mis amigos en uno de los dos cines de mi pueblo, en Cuba, ese que es una copia casi exacta del Stadtheater de Berna – ahora una ruina inútil...y el pueblo ya no tiene cines – a ver la esperada Trapecio no estaba pensando en Gina Lollobrígida, eran los vuelos de los trapecistas Burt Lancaster y Tony Curtis y la magia del circo lo que encendía nuestra imaginación y nuestro deseo de imitarlos. Estaríamos viviendo entonces los últimos días de 1958 o quizás ya estuviésemos en el rompedor 1959, pero lo importante era que todavía se estrenaban películas norteamericanas, el gobierno no era el dueño de los cines y se podían comprar rositas de maíz, refrescos, chiclets y chocolates para hacer más agradable la estancia en el cine. Recuerdo que me gustó Gina - ¿cómo puede dejarnos indiferentes una mujer tan bella? - , pero no me descontroló como lo hizo poco después en la piel de una Reina de Saba que habría hecho perder el norte a más de un equilibrado y sabio Salomón. Luego llegaron, en la tele, otras dos: Fanfán el Invencible, con Gerard Phillipe y, sobre todo, La Romana, un drama de Luigi Zampa que aunque no entendía a esa edad la veía porque a Gina había que verla cada vez que uno podía. Pero no me pasó con ella como con otras bellezas cinematográficas que me conquistaban en una sola sesión gracias a un personaje inolvidable. Me parecía, sin duda alguna, una de las más guapas mujeres que había visto nunca pero faltaba algo en sus personajes que no me permitían llegar al nivel supremo de la admiración, ese que podemos llamar amor de cine.  Y así pasaron los años y el niño que todavía soñaba con Lola o la Reina de Saba, fue pasando de la abundancia a la miseria olvidando las penas a base de vivir de nutritivos sueños de películas y lecturas.

Eran tiempos en que tocaba leer a Salgari, a Verne o Rafael Sabatini y también era entonces un lector poco exigente de revistas de todo tipo, sobre todo las que tenían secciones de cine o deportes. Había poco donde escoger, hay que decirlo también, en la controlada Cuba de comienzos de los sesenta, aunque ahora muchos se conformarían con las opciones de aquellos años, incluida la comida que garantizaba entonces la primera cartilla de racionamiento castrista, llamada a ser una solución temporal para reglamentar la escasez primigenia cuando vio la luz en 1962 y que ya ha cumplido más de medio siglo de vida. Se habían ido cerrando periódicos y lo mismo ocurría con las revistas, donde "Bohemia" seguía siendo el referente nacional pero ya totalmente controlada editorialmente por representantes del gobierno. Poco se podía leer, por vías normales, que llegara desde fuera del país y que su origen no fuera la Unión Soviética o China, de ahí el éxito inmediato, cuando de repente apareció posibilidad de poder comprarla, de la revista mexicana “Sucesos”, dirigida – y eso lo supe mucho después- por un castrista-guevarista mexicano llamado Mario Menéndez Rodríguez. La esperaba siempre con la ya asumida impaciencia del hambriento y la leía de arriba abajo más de una vez. No recuerdo ahora el nombre del periodista que escribía sobre boxeo, un hombre que me enseñó mucho sobre este deporte y, sobre todo, donde podía leer sobre boxeadores cubanos en el exilio y oficialmente borrados de la vida como Benny “The Kid” Paret, muerto en el ring a manos de Emile Griffith. Pero no eran menos importantes, a esa edad, las fotos de guapas mujeres ligeras de ropa que habían desaparecido radicalmente de las publicaciones nacionales. Todavía recuerdo, como si las viera ahora, muchas de esas fotos y hasta los textos que las acompañaban… y una de esas fotos fue la de Gina en una carroza durante el carnaval de Río de Janeiro. El pie de foto hablaba de “bella y seductora” y a mi me impresionó más esa mujer que ya pasaba de los cuarenta que las Ginas jovencitas que había visto antes. Estaba más bella aún que en mis recuerdos, una belleza madura y asentada que no me dejó más remedio que darle el No.1 de mi ranking particular. Pero eso no era todo, había una información y una foto más que complementaba perfectamente a la anterior: los comentarios sobre los estrenos en Ciudad México entre los que estaba Un Bellísimo Noviembre, de Mauro Bolognini, a la que pintaban como una provocadora película en la que Gina seducía - ¡nada menos! – que a un sobrino adolescente, agrego, como lo era yo entonces. Eso sí que era alimentar esperanzas de pobre pecador señalando un objetivo que había que, inevitablemente, alcanzar. Pero a diferencia de otros Bolognini como El Bello Antonio ( Claudia Cardinale) o La Herencia de los Ferramonti ( Dominique Sanda) el bellísimo noviembre no llegó nunca a La Habana y la foto de los prolegómenos de la gina-seducción quedaron sólo en un deseo – uno más – de los muchos incumplidos. 

No recuerdo ahora si fue a finales de los años 70 que me enteré de que Gina había estado en Cuba, supuestamente como periodista, para entrevistar a Fidel Castro. La noticia me llegó por un compañero universitario admirador del dictador que asumía que de entrevista nada, que la bella italiana había ido a Cuba a pasar, voluntariamente, por el “cepillo” conquistador de Castro. Confieso que me sentí un poco traicionado. Podía entender devociones iniciales como las del compañero de reparto de  Gina en Fanfán el Invencible, Gerard Phillipe que visitó Cuba a comienzos del 59 y murió en noviembre de ese mismo año. Él sólo vivió la euforia de una esperanza encendida y generalizada y se puede comprender que simpatizara con lo que vio, pero cuando Gina visitó la isla ya habían pasado muchas cosas y la etapa más dura y represiva del castrismo estaba en su apogeo. Para sostener, luego de este golpe bajo, su inmaculado recuerdo tuve que hacer piruetas de trapecista tramposo, de trapecista de cine.

Y, finalmente, han tenido que pasar más de cuarenta años desde la primera vez que vi la foto de esa Gina seductora para que tuviera la oportunidad de comprar una versión de Un Bellísimo Noviembre, la película en la que un joven adolescente se enamora rabiosamente de su tia despampanante y ligera de cascos en la Sicilia de finales de los sesenta. Seguramente si la hubiese visto en su momento, como me sucedió con otra película del mismo autor, El Bello Antonio, Un Bellísimo Noviembre habría entrado en el selecto grupo de las inolvidables – y no hablo de la calidad artística de la película- , pero hemos envejecido tanto los dos, película y espectador, que lo que entonces fue atrevido ahora parece ingenuo y el que fue un adolescente en espera de seducción tampoco puede ponerse en la piel del joven enamorado: la experiencia acumulada se lo impide. Y la historia deja de funcionar, se diluye, se queda en casi nada. Como ocurre muchas veces en la vida la oportunidad añorada ha llegado muy tarde. Por suerte, no ha sido una pérdida total porque la belleza única de Gina sigue estando viva, protegida por la magia del cine de la labor destructiva de los años. Nosotros, en cambio, no tenemos protección divina y no podemos actuar en modo joven seducido pero sí podemos permitirnos soñar con el papel, más creíble, de viejo seductor. Sólo por ello vale la pena pasar unos minutos con esa deliciosa mujer adúltera aquí llamada Cettina.

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COMENTARIOS [0]
[ NickAdams ] ha dicho:
31-05-2014

Bueno, un minuto para recordar que estamos jugando los playoffs de baloncesto. No me gustó nada de nada ayer el Madrid contra el CAI. Muy fallones. Espero que no paguemos en la Liga otra factura más de Turín.

[ Kuki-Katika ] ha dicho:
30-05-2014
Citando a chinchin :: No. 9 :: 30-05-2014

Tengo que empezar diciendo que yo soy más de Sofia Loren. A mi la Loren sí que me parece el no va más. Pero bueno, acepto a Lollo como exquisito animal de compañía. Eso sí, la Lollo de los tiempos de esta peli que m...

Supongo que vives es España, uno de los países que más debía conocer sobre la situación real de Cuba y por lo que me cuentan menos conocen.

Si, la cartilla que en Cuba llaman tarjeta sobrevive. Y cuidado porque ese es el futuro que está detrás del chavista que mencionas, Iglesias. A diferencia del otro Iglesias que vivió muchos años aqui en Miami, con este la vida no seguirá igual, será mucho pero mucho mucho peor.

[ chinchin ] ha dicho:
30-05-2014

Tengo que empezar diciendo que yo soy más de Sofia Loren. A mi la Loren sí que me parece el no va más. Pero bueno, acepto a Lollo como exquisito animal de compañía. Eso sí, la Lollo de los tiempos de esta peli que menciona wh.

Y válgame Dios, no sabía que en Cuba todavía hay cartilla de racionamiento. ¿Cuánto duró en los despeciables capitalismos europeos después de la devastadora WWII? Está claro que allí lo devastador no fue lo que pasó antes, sino lo que vino después, o lo que es lo mismo, el puto castrismo que ahora nos quiere vender, en España y en pleno siglo XXI, Melenitas Iglesias. En Venezuela también creo que ya llegaron las cartillas y eso que sobra el petróleo.

Dicho esto, vamos al fútbol: ¿nos libramos de Casillas o no?

Se abren las apuestas.

[ bg_rules ] ha dicho:
29-05-2014

Wh, yo creo que, con todo el interés que pueda tener el tema central de estas entradas, lo más atractivo de esta serie de mujeres de cine es la habilidad que muestras para utilizar ese tema central que da título a la serie como vehículo para traer esos recuerdos y esos lamentos de tu Cuba natal, que al final terminan imponiéndose a su vez como lo sustantivo del esfuerzo. Enhorabuena por estas entregas, que se hacen aún más atractivas por el contraste  que suponen de lo que cotidianamente  llena los blogs, tan prosaico y primitivo. 

[ pezuco ] ha dicho:
29-05-2014

 

"Con faldas y a lo loco" probablemente sea la mejor comedia de la historia del CINE, con mayúsculas. El maestro Wilder es insuperable. Ufffff, una obra maestra, el no va más de la comedia cinematográfica.

 

P.D. Y es que en el fondo, "nadie es perfecto".

 

[ Lunalia ] ha dicho:
29-05-2014

Excelente entrada ,Wh.

Yo ví Trapecio algunos años después,supongo que ya en reestreno,y en España,en la sesión de las 4 de la tarde,matinee  se llamaba.

Fué entonces cuando me enamoré sin paliativos de Burt Lancaster.La belleza relamida de Tony Curtis no me hizo la menor mella.

Y luego me pasó lo mismo en La Carrera del Siglo y en Con Faldas y a lo Loco.Jack Lemmon le ganó ampliamente la partida.

Tal vez y sin que él lo supiera,Curtis fué el primer metrosexual del cine.

[ NickAdams ] ha dicho:
29-05-2014

La verdad es que tiene peligro esta serie de "Mujeres de Cine" porque desata los recuerdos y las nostalgias.

No he visto la película que menciona wh, pero a mi donde más me gustó es en la comedia romántica que hace con Rock Hudson "Strange Bedfellows", y de verdad eran extraños porque ya sabemos que las preferencias de Rock estaban en las antípodas. 

Disfrutadla aquí  gracias a YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=pQzsCLUTHXU

y luego me decís si os quedáis con la versión Gina de wh o con la mía.

[ pezuco ] ha dicho:
29-05-2014

 

Wh, siempre es un placer leer sus recuerdos cinematográficos. Estoy totalmente de acuerdo en que Gina era una actriz bellísima, sólo por eso se podían ver sus películas tantas veces y quedarnos con ganas de repetir.

Por edad, a mi me tocó ver alguna de las películas que citas bastantes años después de su estreno (y en tv), pero la belleza de Gina es atemporal, forma parte de la magia del cine.

No recuerdo si fue a ella, creo que sí, un crítico francés dijo algo parecido a "es una mujer que con solo mirarte te lo dice todo". A mi me parece que ella ni siquiera necesitaba mirarte para decirte muchas cosas, pero en fin, así eran esas mujeres, por encima del bien y del mal.

 

P.D. No sabía que ella también fue a la isla del Diablo y que apoyó a la dictadura... menos mal que esos pecados no manchan esos ojos...

 

[ Galego49 ] ha dicho:
29-05-2014

Excelente y nostálgica entrada WH ya que nos trae recuerdos de tiempos pasados sobre todo a los que ya pasamos de los 60. Recuerdo que a finales de los 50 y principios de los 60 leíamos las aventuras del Capitán Trueno y Jabato, así como los TBO y Las Hazañas Bélicas y que luego intercambiábamos con los amigos y vecinos.

[ Kuki-Katika ] ha dicho:
29-05-2014

Conozco el pueblo del que hablas, wh. Muy cerquita de La Habana, ¡ji,ji,ji!.

Estuve allí a ver a unos amigos hace 6 o 7 años y ninguno de los dos cines existe, sólo quedan las fachadas.

Y qué bien lo que has dicho de la primera cartilla de racionamiento. Iba a ser por unos meses, y ya tiene 52 años. Y lo peor es eso que dices, que ojalá ahora los cubanos recibieran lo que se garantizaba en esa primera cartilla. Estoy segura de que volverían a decir gracias, Fidel, al menos por pasar menos trabajo para comer decentemente.

Y de eso no se habla en ninguna parte. Gracias por recordarlo y decirlo.

[ Pailan ] ha dicho:
29-05-2014

 

Excelente entrada, wh, con ese toque intimista y melancólico (valga la redundancia) que nos hace encoger los hombros y reprimir una lágrima, mientras un escalofrío recorre la espalda.

Para guardar y releer en las tardes de lluvia.