Para los seguidores madridistas, contemplar cada partido de nuestro equipo viene a ser como tomarse una cucharada de ricino antes del almuerzo, algo que esta temporada hacemos por costumbre o por inercia a sabiendas del mal sabor de boca que dejará, ocurra lo que ocurra en la comida. ¡Y todavía quedan 11 partidos!

Después de lo acontecido en el derbi había cierta expectación por saber si después del desengaño de Zineduco con sus muchachos, que según él no meten la pierna por falta de actitud, conllevaría "castigos" en la alineación. Y bueno, no hubo sorpresas, y dado que la plantilla confeccionada a imagen y semejanza del Ser Superior está asolada por las lesiones –hoy también se aumentó el trabajo en la enfermería blanca– y las sanciones, creemos que los señalados son Isco y Jesé. El malagueño es un caso perdido. Creemos que nunca debió fichar por el equipo blanco y que la llegada de Zineduco para darle los galones de titular lo ha rematado. Fue el entrenador galo quien propuso su fichaje (además de la canallesca) y bien que se estará arrepintiendo a estas alturas. El caso de Jesé se resume rápido diciendo que ni las bajas de Bale y Benzema consiguen auparle a la titularidad, lo contrario que Mayoral, que la semana pasada jugaba en Segunda B.

El problema de esto es que, en este vodevil bufonesco que parece ahora el Madrid, no son sólo ellos quienes merecen la suplencia. Nuestro ex-crack –caminante no hay camino, se hace camino al andar– y jugador franquicia falla más ocasiones de gol que una escopeta de feria (hoy por lo menos no abrió el pico postpartido); Kroos es una caricatura de jugador de fútbol, y hay otros que antes eran auténticos jugadorazos que ahora no parecen ni la sombra de lo que fueron. ¿Queda algo de ese jugadorazo que antes era James o sigue perdido por la M40 perseguido por los agentes de Tráfico? ¿Y de Varane? ¿Qué queda de ese chico que llegaba, cortaba o se anticipaba a todos los delanteros que amenazaban su portería?

Y Nacho es cumplidor, se esfuerza, tapa los huecos que dejan las lesiones de sus compañeros en las alineaciones, no pega cantadas como Canelita, pero tiene el nivel que tiene y no otro superior que quieren adjudicarle por su condición de canterano. Danilo está entonándose, empieza a parecerse al lateral del Oporto que deslumbraba por Europa, pero su progresión es lenta, y al Real se viene aprendido de casa, al menos medio adaptado a un club de esta dimensión.

Y bueno, sin ánimo de castigar a los sufridos lectores de MqM con demasiados pormenores de un partido insulso frente al colista de la clasificación con casi todas las papeletas para descender a segunda división, diremos que el encuentro dejó la victoria blanca y poco más. ¿Se curaron viejas heridas? ¿Elevamos el nivel de juego? ¿Disfrutamos del partido? ¿Se produjeron novedades tácticas que enciendan alguna luz de esperanza? A todas estas preguntas responderíamos la inmensa mayoría de madridistas con un NO más rotundo que el que las Cortes le dieron al aspirante a Presidente del Gobierno, "Pedruco el breve".

Quizá extrañó que después de la supuesta bronca postderbi que en el vestuario Zineduco "descerrajó a quemarropa" a sus pupilos, éstos salieran al campo a verlas venir, repitiendo la historia de casi siempre lejos del Bernabéu. Eso dio alas a los jugadores levantinos que obligaron a trabajar a Keylor Navas, autor de un par de paradas de mérito. Afortunadamente hoy jugó un chaval llamado Lucas y apellidado Vázquez, un auténtico puñal por su banda que pinchaba constantemente a la defensa rival. Provocó un penalti casi infantil, pero muy evidente, y dejó unas cuantas jugadas de peligro que casi siempre fueron malogradas por Cr7, aunque para ser justos hay que decir que la pena máxima la ejecutó perfectamente. A destacar también el buen disparo, además de afortunado, de Borja Mayoral, que supuso el 0-2 con la ayuda del cancerbero granota.

Que nuestro guardameta Navas y Lucas Vázquez fueran los mejores de los nuestros indica lo que se vio en la primera parte, lo que dio de sí el juego del Real Madrid y el "espectáculo" visto en el Ciudad de Valencia. En la segunda parte los levantinos se fueron apagando al tiempo que escaseaban sus fuerzas y el Madrid se hizo con las riendas del partido, pero los fallos de cara a puerta que evitaron cerrar el partido, lo apretado en el marcador (ellos marcaron su golito antes del final del primer acto en la enésima falta de concentración de nuestra defensa) y los sustos que de vez en cuando daba el rival hizo que no hubiera sosiego madridista hasta que en el tiempo de descuento el filigranas sustituto de James marcara a placer el definitivo 1-3 a pase de Cristiano.

Lucas y Casemiro, este último quizá el único que puso algo de consistencia en el centro del campo, acabaron lesionados o tocados, y a este paso la lista de bajas se va a hacer más larga que los puntos del acuerdo-bluf que Albertuco Riverita, carita de bobalicón, ha pactado con Pedruco el breve.

Y en lo futbolístico sólo nos queda esperar que llegue la "champiñon", que los romanos no nos den un susto después del gran y afortunado resultado traído de Italia y encomendarnos a un santo milagrero para que suene una flauta en la que ya nadie cree, aunque quizá sí crea quien ve en la consecución de la Undécima la tabla de salvación para seguir aferrado a la poltrona presidencial. Por si acaso, los visitantes del Bernabéu deberían ensayar los silbidos atronadores y no olvidar sus pañuelos en casa. Don Debedimitir no se irá ni con agua caliente.