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POSTVERDAD, FÚTBOL Y REAL MADRID

Desde que el internet facilitó a cada ser humano acceso instantáneo a todos los rincones del mundo que tengan un enchufe, la diarrea conceptual que satura las pantallas de nuestro ordenadores, tabletas (con perdón) y teléfonos ha crecido de forma exponencial. La inmensa mayoría de estas nuevas ideas que surcan la red tiene un recorrido limitado, por no decir exiguo o del todo inexistente, pero otras hacen fortuna y se asientan en el lenguaje usual de ciertos sectores de la sociedad, esos a los que el espejo devuelve una imagen deformada por la autoestima y el encanto de haberse conocido. Recuerdo que, en el cambio de siglo, triunfó eso que se dio en llamar postmodernismo, algo que siempre se me antojó un contradiós que retorcía el tiempo de una manera que ni Einstein ni Hawkins serían capaces de explicar. Si el momento presente es, por definición, el ahora, el momento postmoderno supondría vivir en un mañana que no ha llegado todavía, pero sin salir del hoy, una suerte de “Regreso al futuro” en versión carpetovetónica y progre. 

Valga esta entradilla para traer a colación el último concepto recogido por el magín de la tribu tertuliana y supuestamente culta que nace, crece, se reproduce y muere en todos, absolutamente todos los canales de radio, televisión, youtube y otras hierbas (con permiso del maestro bg_rules): la postverdad. Uno, que es de ciencias, todavía recuerda con horror los esfuerzos cognitivos desarrollados en las clases de Filosofía del BUP y el COU para ser capaz de descifrar el arcano de los distintos conceptos de Verdad (así, con mayúsculas) que parieron Platón, Aristóteles, San Agustín, Descartes, Kant o Unamuno. La conclusión que extraje de aquellas largas noches de flexo y café es que Verdad sólo hay una, aunque cada Escuela trate de explicar en qué consiste de acuerdo a distintos razonamientos, entresijos y matices más o menos aceptables por el mundo… y por ellos mismos. Hasta aquí, todos de acuerdo. Bueno, pues después de todos esos alardes de aprendizaje memorístico y académico insomnio, resulta que el concepto interesante y molón del momento presente es la postverdad. Consiste esta parida surgida con la crisis en dar más valor a las emociones que a los hechos objetivos, adaptando el relato a mis propios intereses. Dirá el amable y desocupado lector (¡un saludo, zapezipi!) que vaya parida, ¿verdad? Muy cierto. Ya lo dije un poco más arriba. Desde que los romanos, tan listos ellos, se inventaron aquello de post hoc, ergo propter hoc, la Humanidad entera se ha empeñado en escribir la Historia según conviniera al parecer del que mandara en cada época y lugar, apelando a las vísceras y no a la razón o siquiera la mera descripción factual. 

La postverdad se puede emplear en todas las dimensiones de las relaciones humanas, desde la explicación del éxito (o fracaso) de una empresa hasta las razones de un divorcio. En España, sabemos bien que ciertos sectores intentan reescribir la historia del siglo XX, desde Alfonso XIII hasta la ETA, pero como no me gusta hablar de política, quisiera centrarme en algo un tanto más pedestre y banal, sí, pero no menos interesante en este rincón en el que nos encontramos, como es el fútbol en general y el Real Madrid en particular. En tanto que torbellino de sentimientos, el deporte de alta competición es terreno abonado para que la postverdad campe a sus anchas. Por poner un ejemplo cercano, prueben, si no, a ver una final de Champions Real Madrid – Juventus sabiendo el resultado y comparen sus emociones (o la ausencia de ellas) con las que bullen al ver el partido en directo o simplemente seguirlo por la radio. Lo mismo se podría decir de una final olímpica de 1.500 m, una carrera de Fórmula 1 o el mismo Masters de Augusta con Jon Rahm a un hoyo de hacerse con la chaqueta verde. Todos los regímenes de la historia han manipulado los sentimientos de la plebe a través de los espectáculos de masas y al panem et circenses (Roma de nuevo), los Juegos Olímpicos de Berlín o Moscú o los toros en España me remito. Ya bien entrados en el siglo XXI, la televisión y el internet han abierto unas enormes posibilidades a la postverdad y se podría decir que este conceptillo ha encontrado en estos medios el vehículo ideal para llegar a todos los rincones del mundo mundial. 

Veamos algunos ejemplos de postverdad aplicados al balompié, que es lo que nos interesa por aquí. Olvidemos por un momento el resultado, ese negrero, y fijémonos en algunos hechos (verdad) y emociones (postverdad) de ciertos equipos de fútbol. Brasil sólo practicó un “jogo bonito” cuando jugaba Pelé, con el Mundial de Méjico de 1970 como epítome del mejor fútbol que se haya visto. A partir de entonces, la selección carioca se ha convertido en un equipo predecible y, si se me apura, hasta ramplón y peñazo. Esto es un hecho (verdad). La emoción (postverdad) aparece cuando jugadores, cuerpo técnico y público en general lloran al ganar, al perder y al escuchar el himno. Sin salir del cono sur, comparar la Argentina de Maradona con la de Messi es un insulto a un jugador que ganaba solo los partidos recibiendo, él sí, leña de la buena (verdad). Que le pregunten a Gentile, a Toninho Cerezo o a Goicoechea. Ahora parece que el fútbol empezó cuando llegó Lionel (postverdad). Y ya que hablamos del enano de Rosario, no nos olvidemos de que sólo sabe hacer una cosa y en eso es el mejor, cierto, pero no le pidas que saque los partidos adelante sin Iniesta, Busquets o el álbitro de turno. Vayamos ahora con la farsa innombrable y la matraca habitual. Alrededor de una generación excepcional de futbolistas salidos de la cantera en el mismo espacio temporal (hechos), se ha tejido un discurso moralista excluyente que apela a los valores como catalizador de la simpatía del público poco avisado (emociones). Hoy pocos se atreven a discutir que el fútbol de Cruyff heredado por Guardiola sólo funciona con un determinado perfil de equipo, jugadores, médicos… y federaciones. El de Sampedor (cuánta sonoridad para tan poca chicha) no se vio en otra igual. Y dejémoslo aquí, porque ya dije antes que no me gusta hablar de política. 

El Real Madrid también ha sido víctima de la postverdad, pero en sentido contrario, algo así como una postverdad invertida, pues son los hechos los que se encargan de desmontar el andamiaje emocional que pinta al club de Chamartín como el equipo del régimen, de las ayudas arbitrales o los palcos donde se cierran negocietes. Si bien el carácter luchador del Madrid se forjó prácticamente desde sus inicios, con Ciriaco, Quincoces, Sabino, Zamora y el propio Bernabéu como estandartes, los títulos no empezaron a llegar de manera sistemática hasta la contratación de Di Stéfano, también rodeada de eso que hemos llamado postverdad invertida. Sólo los necios o los malintencionados (o ambos) son capaces de sostener que fue Franco quien intercedió para que el argentino vistiera de blanco y convertir al Madrid en representante de la España que amanecía. No es este el momento de relatar unos hechos bien conocidos. Tan sólo señalaré que a Franco no le gustaba el fútbol y que a Bernabéu la daba igual lo que pensara Franco. Hay miles de ejemplos que apoyan esta afirmación y que ya recogimos aquí (CUANDO SE JODIÓ EL PERÚ, II). Muerto el ferrolano y con más años ya en el Valle que en el machito, es la plata lo que manda en este mundo del deporte de masas y, a igualdad de plata, algunos empujoncitos de todos conocidos son los que marcan la diferencia. ¿Les dije ya que no pensaba hablar de política? 

No deja de resultar curiosa la animadversión hacia el Real Madrid de los sectores que construyen la postverdad, empezando por la llamada prensa deportiva (dos palabras, dos mentiras). Uno se pregunta por la razón que los impulsa y no se me ocurre otra que la envidia. Habrá por ahí quien diga que la envidia es el deporte nacional, pero lo mismo le pasa a Tom Brady y sus Patriots, al Bayern Munich, a los New York Yankees, a Gerard Depardieu, a Mourinho y a tantos otros triunfadores mundo adelante. Dicen que es natural el sentimiento de apoyar al más débil, pero, oiga, no me creo yo que los Texas Cowboys, los Gigantes de San Francisco, Jean Reno o Simeone sean unos flojos, aunque algunos se empeñen en demostrar lo contario, vistos los lloros de algunas plañideras catalanas. Si no fuera por el afán de manipular la tozudez de unos hechos incontestables, a mí me divertiría mucho eso de vivir en un mundo de postverdad, más falso que un duro de seis pesetas, como la ciencia ficción o la Play Station. Otros, sin embargo, han hecho de eso un modo de ganarse la vida.

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COMENTARIOS [0]
[ bg_rules ] ha dicho:
30-05-2017
Citando a ayer :: No. 12 :: 30-05-2017

Jajaja

¡Y que lo digas, Bgrules, que estamos a fin de curso!

Sí. La cosa es clara. Sobró el título VIII y sobró el Bovril para los partidos por aquello de que echaban a andar dsde cero. ¡Eso sería...

Acabo de leer que el mismo Bale dice que no va a llegar en condiciones de jugar todo el partido, lo cual es una manera muy cuca para asegurarse la participación parcial. Yo estoy seguro de que ZZ no lo va a alinear de entrada, pero sí en algún momento de la segunda parte, independientemente de cómo vaya el resultado. Estamos en Cardiff y...

[ ayer ] ha dicho:
30-05-2017

Jajaja

¡Y que lo digas, Bgrules, que estamos a fin de curso!

Sí. La cosa es clara. Sobró el título VIII y sobró el Bovril para los partidos por aquello de que echaban a andar dsde cero. ¡Eso sería la UCD, porque lo que es el PSOE mañoso desde que nació...!

Agradezco tu mensaje porque, tu mención al diputado Bale, me da pie para otro comentario político de fin de curso; en concreto, del examen oral final del 3 de junio:

Bale no debe ser titular. Debe entrar, si acaso, a 30 para el final: si ganamos, para apuntillar a la carrera; si perdemos, para salvarnos de tanto capital (por importante y por cabezazo), y, si empatamos, para aportarnos oxígeno en la recta final, ea.

[ bg_rules ] ha dicho:
30-05-2017
Citando a ayer :: No. 10 :: 30-05-2017

Constato una y otra vez* que en España ya no rige el imperio de la ley ni la igualdad ante la misma. Solo cuenta la fuerza y la oportunidad. 

¿O acaso esos ''espacios de encuentro'' que agora pide el Psoe que se ofrezcan al delincu...

Malos días para algunos de nosotros para dedicarle mucho tiempo a esto de los comentarios y los artículos. Final de curso y todo eso, ya sabes, ayer. Pero ya que paso por aquí, suelto mi cuento sobre la transición..., así, con minúsculas y eso.

La transición, al contrario de lo que la mayoría piensa, fue una engañifa, un ñordo. Y lo peor es que lo fue en un sentido y su contrario, lo cual, puestos a crear engañifas y ñordos, es para nota. Lo que parió la transición tiene que ver con la democracia lo que un actor interpretando el papel de cura con el sacerdocio. Lo que salió de la transición fue un estado de partidos sin separación de poderes, es decir, nada que ver con la democracia. Se pasó de una oligarquía autoritaria a una oligarquia parlamentaria. Puesto a elegir y si atendemos a la autenticidad del discurso, yo me quedo con lo primero, puesto que lo segundo, además de ser un sistema de ordeno y mando, tiene apariencia de lo contrario, de manera que pasar de uno al otro supuso a su vez pasar de súbditos a súbditos engañados.

Pero lo peor no termina ahí. Lo peor es que, para compensar, se cedió ante los separatistas de raíz, y a lo largo de estos años, por los hehcos consumados día a día, concesión va, claudicación viene. Consecuentemente, el producto 40 años después, es un sistema corrupto moral, ideológica y económicamente, y un pais roto en lo más profundo, que es el sentimiento de unidad y solidaridad entre los ciudadanos de CUALQUIERA de las autonomías. Porque, visto lo visto, el yo, mí, mío está extendido por toda la península, Baleares y Canarias, aunqque, desde luego, no con la misma intensidad que en Cataluña. En Cataluña lo que tenemos es la antesala de una confrontación civil, y que no me pregunten a qué nivel y con qué intensidad en su violencia. Pero es lo que tenemos. 

Tiempos difíciles los que vamos a vivir, en los que la familia es una carroza de horteras carnavaleros, tíos, tías y tíes vulgares y ordinarios en pelota picada; el país, un puzzle con las piezas revueltas; los partidos, una cueva de ladrones éticos (los del parné me la pelan); la justicia, un felpudo a las órdenes de los políticos más irresponsables que jamás vio España (salvados los de la fucking II República, ''coz), y el real Madrid, eso sí, campeón de liga y, si ZZ no alinea a Bale, probablemente de CHL. Un puto paraíso, vamos. 

[ ayer ] ha dicho:
30-05-2017

Constato una y otra vez* que en España ya no rige el imperio de la ley ni la igualdad ante la misma. Solo cuenta la fuerza y la oportunidad. 

¿O acaso esos ''espacios de encuentro'' que agora pide el Psoe que se ofrezcan al delincuente secesionata, en lugar de la ya inexcusable coerción, están a disposición de delincuentes comunes, sean individuales o en cuadrilla?

-Señor agente, señor juez, deme usted un par de espacios de encuentro ydéjese de multas y penas. 

Es obvio que la respuesta es que no, como lo es que esto dejó hace tiempo de ser un Estado de derecho. Y, repito, si el destino de lo que arrancó en el 77 era este, me sobra el viaje. No me interesa una democracia?¿ que no me garantiza ni la propia contiunidad de la nación. 

(*) Constato también que aquí no escribe nidiós cuando se acaba el ejercicio esportiú.

[ ayer ] ha dicho:
29-05-2017

Va para 20 años que me decía un panameño, compañero en el opulento exilio de la función pública internacional, que la expatriación no era ''ninguna chocolatina''.  Y me daba sus razones, y yo le decía que en España siempre se había vivido bastante bien, y que por eso había gente que no aguantaba ni la idea de vivir fuera de ella más allá de unos mesecicos. Juzgaban y juzgan, tal vez sabiamente, que menos es más si es en tu casa. 

Enlazo con la política: viene esto a cuenta de las declaraciones del gran Nolito, que acaba de decir que tiene que volver a España como sea. Al parecer, las ligas foráneas y su entorno tampoco son ninguna chocolatina, al menos para él.

Y de una cosa estoy seguro: si rojos y secesionatas logran sus objetivos, la libertad y el bien vivir estarán totalmente ausentes en los nuevos Estados sucesores de lo que un día fue España, y naides tendrá ya reparo alguno en buscarse fuera el porvenir propio y de la prole sin necesidad de mirar lo que deja detrás, pues nada ha de dejar salvo recuerdos de lo que fue y ya no es.

Cierto que no es solo España la que va a pegar un pedico histórico. Parece que nos van a acompañar otros. 

Es por este negro sentir por lo que me sentaron bastante bien en un principio las palabras recién pronunciadas por la señora Merkel. Por fin, ha afirmado que cada pueblo debe asumir sus propias responsabilidades en su fomento y preservación. Hace tiempo que sostengo que es no solo ridículo sino suicida que Alemania, embutida entre la futura Aljamahiriya Sumisa de Al-faransiya y el oso ruso, carezca de unas FFAA que merecezcan este nombre, e incluso de poder bélico nuclear. 

Pero, ay, el encanto se disolvió al punto: Doña Angela no parece pretender el lógico y necesario rearme alemán, sino, más modestamente, dotar a la mortecina UE de una política exterior única y unas FFAA comunes. ¡Ja! Antes nos devuelven los ingleses Gibraltar. 

Y no me gusta la premisa que se gasta esta dama: basa su conclusión en que ''los EE.UU. y el Reino Unido ya no son fiables''.

Me parece una afirmación bastante desafortunada sobre todo por lo que toca a los EE.UU., a cuyo regalo directo en forma de sangre y dólares, debe Alemania la libertad que disfruta desde 1945 y la prosperidad de que goza desde pocos años después. Una cosa es ser fiable y otra gilipollas.  

 

 

[ ayer ] ha dicho:
28-05-2017

Muy bien dicho, Bgrules.

Lo mismo denuncia hoy FJLS, otra vez, en su artículo de LD.

Naides podrá decir que nuestros rojos hispanófobos y cristianófobos no señalan con claridad a sus aliados para destruir España y nuestra libertad: los secesionatas y los sumisos del libro.

Cómo será de claro que, recién cometidos genocidios como los de Niza o Manchester, no solo no los condenan sino que nos explican que son justa respuesta a nuestras cruzadas de antaño y de hogaño: Sí. A combatir cosicas como la de Manchester lo llaman nuestros rojos cruzada islamófoba.  Cómo será la convergencia entre rojos y sumisos que ambos nos llaman cruzados a quienes defendemos a Occidente, a España y a la libertad.

En cuanto a España, muchas veces se ha intentado su destrucción, y ha sido siempre una parte importante del pueblo, bien soldada en las Navas, bien vecinos de Madrid, bien patriotas del 36, quienes la han impedido con su sacrificio.

Hoy estoy preocupado. ¿Quién va a clamar junto a palacio en 2017 o 2020 ''que se llevan a los infantes'', que nos quitan el suelo que pisamos y el futuro nuestro y de nuestros hijos en libertad?

Los rojos hispanófobos, unidos a los secesionatas, igual de hispanófobos, son más. O se les hace frente pronto, por todos los medios, o esta vez temo que logren su objetivo. Ay

[ bg_rules ] ha dicho:
28-05-2017

Muy atinado artículo. Me atrevo a añadir que, aun compartiendo el planteamiento de la postverdad de nuestro amigo pailán, existe dentro del espectro político un espécimen que se puede confundir en este aspecto, pero que en realidad es ajeno a esa postverdad mencionada (si nos ceñimos a la precisa definición que nuestro estimado blogger propone -"Consiste esta parida surgida con la crisis en dar más valor a las emociones que a los hechos objetivos, adaptando el relato a mis propios intereses"-), espécimen que es el que representan los partidos comunistas totalitarios, en España desde Pedro Sánchez, en su versión reciclable/amoldable/chiclosa, a Pablo Iglesias, en su versión genuina, pura y dura. Lo que caracteriza a estos totalitarios va más allá del intento de engaño a través de las emociones de los demás y de las propias, acomodando la realidad a sus necesidades. Yo creo que los magos de la postverdad -eminentemente socialdemócratas- en parte se creen sus propias mentiras, y por ello tratan de guardar las formas en la medida de lo posible cuando sus contradicciones salen a flote y hasta ellos mismos las intuyen, tratando de enmascararlas iniciando un nuevo proceso de postverdad que acomode la incongruencia. Se caracterizan estos por ser bobos intelectuales, mayormente. Actualmente, ocupan todo el espectro político español con excepción de los que nos entretienen en este comentario.

Aquellos de los que hablo yo, o sea, los comunistas totalitarios, directamente desprecian la necesidad de dotar de apariencia medianamente coherente a su discurso, y siempre que sea necesario utilizarán el mismo argumento para defender posturas contrarias, o adoptarán la misma postura ante argumentos contrarios, según necesidad, porque los totalitarios desprecian a los receptores de su mensaje, desprecio no sólo intelectual, sino también ético. Por eso, por no tener necesidad de convencer con engaño, siempre que llegan al poder lo hacen por medio de la violencia. En este sentido, son más fáciles de combatir, porque vienen de frente. Tan de frente como el último ejemplo de Podemos en Madrid, que después de apelar a la separación Iglesia-Estado para prohibir los nacimientos cristianos en Navidad, ahora se descuelgan con el siguiente aviso:

"El próximo martes 30 de mayo compartimos con nuestros vecinos y vecinas el Ramadán de este año 2017 - 1438".

Si piensa alguno en la remota  posibilidad de que alguien pudiera producir más asco que estos, se equivoca de lado a lado. Igual, puede; más, ni de coña.

[ wh ] ha dicho:
27-05-2017
Citando a ayer :: No. 5 :: 26-05-2017

A vueltas con palabras de posverdad.

Hay una que me revienta. Está de actualidad a cuenta del genocidio del que somos víctimas: el lunes en Manchester; hoy al sur de El Cairo, y suma y sigue.

Explican siempre la policía y ...

Tengo que aplaudir este claro mensaje de ayer (pero que será siempre válido para cada "hoy" mientras no se solucionen los problemas que están llevando a Occidente hacia su desaparición) y que tan contundentemente se enfrenta a la roja milonga de la post-verdad y, de paso, la da una buena zasca a la tan extendida cobardía de lo políticamente correcto: "Radical soy yo, que escribo estas líneas porque me ha radicalizado tanta posverdad, tanta ignominia."

Yo también soy radical. Apuntado estoy.

[ ayer ] ha dicho:
26-05-2017

A vueltas con palabras de posverdad.

Hay una que me revienta. Está de actualidad a cuenta del genocidio del que somos víctimas: el lunes en Manchester; hoy al sur de El Cairo, y suma y sigue.

Explican siempre la policía y los informadores que el asesino de turno se ''radicalizó'' en prisión o en la mezquita o por interné, o bien que naides sabe cómo, cuándo y por qué ''se radicalizó''.

''Radicalizarse''.

Me recuerda a aquello de llamar ''violentos'' a los sanguinarios genocidas etarras.

''Violento'' llamo yo a esas personas que, por ejemplo, llegan a las manos con otras por cualquier zarandaja. Pero... ¿a los genocidas que asesinaron salvajemente a M.A. Blanco o torturaron brutalmente a Ortega Lara?

Pues igual me sabe el invento posverídico este de los radicales radicalizados.

El del lunes de Manchester no es un radical sino una bestia genocida.

Radical soy yo, que escribo estas líneas porque me ha radicalizado tanta posverdad, tanta ignominia.

[ ZAPEZIPI ] ha dicho:
26-05-2017

Acabo de cruzarme por la calle con dos barretinas, bajo las que colgaban dos "esteladas" que a su vez arropaban a dos individuos con unas miradas inteligentes que recuerdan el anuncio de "La vaca que ríe". Así cantaban, así así, así cantaban, que yo lo vi.

-  Sí, sí, sí.

- No vamos a Cardít.

- Pero vamos a Madrít.

Ante mi asombro he molestado al séneca particular de la casa.

- Je jé. -me dice-.

- ¡¡¡Me cagüentó! !!!

- Vale, vale. Te lo aclaro, amo. Esto marcha. Las butifarras vuelven a añorar la capital del Reino.

 

[ NickAdams ] ha dicho:
25-05-2017

En la línea de ayer y en la de la un poquillo pelotas -aunque no por ello menos querida- santagueda.  A mi todo este vocabulario progre, en el que está incluido el término post-verdad y que tantas veces he visto utilizar al caradura post-socialdemocrata Balbás, me produce asco ...pero, al final, esta "verdad emotiva," que nada tiene que ver con la dura y compleja realidad, es la que se está imponiendo entre esta cada vez más numerosa prole de logsianos.

Me ha gustado mucho la entrada, Pailán.

[ ayer ] ha dicho:
25-05-2017

Pailáaaaaaaaan

Acepto tu nomenclatura. Voy con ejemplos:

Verdad: gitano de 18 mata a payo de 81 de un cobarde y brutal hostión.

Posverdad: fatal desenlace de una discusión de tráfico.

Verdad: el RM se vuela la puntera dejando marchar a dos jugadorazos como Navas y Morata.

Posverdad: Navas ya no está a su pasado nivel, y Morata no puede ser titular en el Madrid.

[ santagueda ] ha dicho:
25-05-2017

¡Anda! ¡Pole!

Menuda sábana que nos regala D. Pailán, más humorística que filosófica, a pesar de esa confesión de ineptitud para las Letras. Aunque el maestro dice que no habla política, deja caer por ahí una verdad como un templo: Franco lleva más tiempo muerto que en el poder, pero si hacemos caso a la postverdad, el Caudillo sigue vivo y coleando. A ver si va a ser verdad esa canción de Peret que decía que no estaba muerto, sino que estaba de parranda.