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EL MELÓN DE RAMOS

Uno de los deportistas que más he admirado, admiro y, sin duda, admiraré es Miguel Induráin. Además de ser navarro (o precisamente por ello, que Navarra sí otorga privilegios de cuna y no la sangre azul), Induráin es una persona discreta, trabajadora, disciplinada, humilde, noble y sacrificada, valgan las redundancias. Si a eso unimos unas condiciones físicas no vistas antes en el ciclismo, una dirección técnica, táctica y médica intachable (grande Eusebio Unzué) y un puntito de napoleónica fortuna, el éxito deportivo y social del personaje no puede constituir sorpresa. Hasta un presidente de Banesto (el banco) dijo que el valor más seguro de la entidad era Miguel Induráin, si bien habría que admitir que tampoco es que tal cosa fuera muy difícil tras el paso por la entidad de Mario Conde, ese hombre.

Traigo a este rincón el recuerdo del fenómeno de Villava después de ver las recientes y babosas jaculatorias que la prensa deportiva (dos palabras, dos mentiras) dedica a las últimas evoluciones, por llamarlas de manera no muy ofensiva, de Sergio Ramos y la potra de su melón. Periodista (con perdón) hay que, tras la fiesta de Nápoles (bg_rules dixit), incluso ha dejado escrito que el camero es Di Stéfano y Camacho a un tiempo. Chúpate esa, Teresa. Si al menos hubiera dicho Santillana… que tampoco, pues el propio cántabro confesó que en su carrera marcó más goles con el pie que con la cabeza. Servidora reconoce que las comparaciones son odiosas y que el ciclismo y el fútbol son deportes inmiscibles, pero, en no pocas ocasiones, uno ha echado de menos en el Real Madrid un capitán tipo Induráin y, al mismo tiempo, ha deseado ver la suerte que podría correr el melón de Ramos en un equipo como el Banesto y en un deporte como el de la bicicleta. Menuda fiesta, sí.

Dos cosas tienen en común Induráin y Ramos: unas condiciones físicas extraordinarias y ese ramalazo de suerte que aparece en los momentos en que más se necesita. Y hasta aquí, donde acaban las similitudes, puedo leer. El melón de Ramos ha asumido de buena gana, y sin saberse a cambio de qué, los cantos de sirena de una canallesca que lo colocaban a la altura de Beckenbauer, Baresi o Pirri, mientras mangoneaba el destino del club, incluyendo el del entrenador en ejercicio, junto a su amigo Casillas. En el campo, el llamado Tarzán de Camas ha mostrado un atolondramiento digno de mejor causa. Siguiendo la senda marcada por el doctor Pablo Alfaro, ese estilista epítome del juego limpio que podrá ser médico, sí, pero de serial killer de película de serie B, digo, siguiendo el ejemplo de Alfaro, la matrícula del melón de Ramos lleva demasiado tiempo en el registro de los trencillas. No sorprende, pues, saber que este tatuaje con patas cuenta con el dudoso honor de ser uno de los jugadores en ejercicio más tarjeteados de la liga. Y si hablamos de condición física, el más famoso tocaor venido en futbolista ya no puede hoy sustituir su legendaria falta de colocación con la velocidad y la contundencia que lucía no hace tanto. Los años no pasan en balde y lo que antaño rugía como brillante motor de explosión, hogaño no llega a humilde turbodiésel gripado. Así es la vida.

No obstante lo anterior, es el melón lo que mantiene a nuestro protagonista en posición de privilegio desde la final lisboeta, como bálsamo de fierabrás para todos los males que afligen al equipo. Es preciso traer a colación el hallazgo metafórico del gran bg_rules en atinado comentario tras el partido de Lisboa (clic AQUÍ, comentario 22), parando el tiempo cuando el balón de Modric volaba hacia el melón de Ramos en ese fatídico minuto 93. En tal momento, Ancelotti, Casillas, Ramos, Pepe, Cristiano y posiblemente alguno más estaban fuera del Madrid, Florentino seguía alimentando la ansiedad de no conseguir la décima Champions League y la afición empezaba a sentir las chanzas y los memes procedentes de la ribera del Manzanares. Pero el balón entró y el destino del equipo cambió. ¿Cómo iba Tito Flo a despedir a quienes le dieron diezenel93 (a quien tanto echamos de menos), como si fuera un Lorenzo Sanz cualquiera, ese que se laminó a Heynckes después ganar una orejona tras 32 años (¡32 años!) de sequía? ¿Cómo se podrían contradecir los caprichos de unos jugadores que habían conspirado para echar al mejor entrenador posible, si luego ganaban títulos? Pues sí, nos tuvimos que tragar a Casillas una temporada más, todavía vemos a Cristiano a caballo (nunca mejor dicho) de Madrid y Marrakech, sufrimos a Klever sin irse a la China y el melón de Ramos sigue plantado (sic) en el área. ¿Qué más se puede pedir? Ganó el resultadismo pipero y de esos polvos vienen estos lodos, etcétera. 

Hoy el Real Madrid vive una situación peculiar, como pudimos ver el martes pasado. Ni el delantero centro titular ni el suplente hacen goles, el centro del campo no crea ni ataja peligro, la defensa no defiende y se espera que los partidos sean decididos por el melón de un central venido a menos que, cegado por los flashes de las cámaras y el oropel de los titulares, no acepta sus limitaciones ni ve que se le está pasando el arroz. El entrenador, por su parte, nada hace. Cualquier aficionado del fondo sur, uno de esos que pueblan la llamada Grada de Sumisión y que sabe de fútbol lo mismo que de astrofísica, es capaz de ver el desaguisado táctico de mantener por decreto a la mediática BBC (apelativo sólo comparable al de “galácticos” y que tanto gusta al patulea mediática), apoyada por un centro del campo repleto de media-puntas y cuando menos poroso y una defensa poco trabajada, por decirlo de manera suave. Lamentablemente, y como se dice en el mus, incierto se presenta el reinado de Witiza, pero en esto no tiene nada que ver el melón de Ramos. ¿O sí?

Decía José Miguel Echávarri, el legendario director deportivo del equipo Reynolds y luego del Banesto, que el ciclismo es el deporte más duro que hay, porque la carretera es la misma para todos y a todos pone en su sitio. En un último alarde de majestuosidad, Miguel Induráin supo ver que la carretera le llevaba hacia una honrosa retirada (memorable la portada de L’Équipe el día que la anunció), actuó en consecuencia y hoy es una leyenda. Por el contrario, uno no puede dejar de preguntarse si el pasmo de Camas, el mejor central desde Quincoces, la más prodigiosa testa del balompié, en definitiva, el melón de Ramos será capaz de interiorizar una decisión igual de valiente y digna, pasando por el banquillo antes de irse a hacer caja a Dubai.

Mejor me alivio la respuesta.

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COMENTARIOS [0]
[ wh ] ha dicho:
11-03-2017

El melón de Ramos sólo puede llevar el escudo del Real Madrid porque el blandón de Floren se baja con una frecuencia alarmante y preocupante los pantalones ante el Almirante -no olvidemos el esperpento de su más reciente renovación-. El caso Topor se quedará en casi nada ante este.

Y los franceses, que tanto se han quejado de un deportista ejemplar como Rafa Nadal, nada dicen del robo del Campo Nuevo y, lo que es peor, parece que en el PSG hablan de mantener la confianza en cobarduco de Emery tras uno de los mayores ridículos de la hstoria de la Champions. Las cosas que hay que ver,como la que apunta bg_rules, de la expulsión de Sarkozy por gritar "Hala Madrid". Eso sí, como Trump diga que al PSG le robaron, Francia, España y el resto de la UE le declaran la guerra periolística a la Casa Blanca -cojones no hay para declarar otra-.

[ Pailan ] ha dicho:
10-03-2017

 

Hay que admitir que el tema del día es el atraco de la farsa, con expulsión de Sarkozy incluida, pero, oiga, si el francés no protesta, no vamos a protestar nosotros. Allá ellos. Eso sí: que conste en acta la caradura ya no escondida de los culerdos. 

Una vez dicho esto, al melón de Ramos se le ha aparecido la Virgen con el asalto del miércoles, porque ya nadie habla de qué es eso de que un defensa aseado y veterano, valga la redundancia, tenga que sacar las castañas del fuego al equipo. Pero la prensa deportiva (efectivamente, dos palabras, dos mentiras) sigue a lo suyo, que es vender periódicos y clics del interné. Y Florentino, encantado, of course.

Como decía el gran Faíña, "¡Qué pena, coño, qué pena! ¡Vivir permanente rodeado de burros!" (pronúnciese con acento gallego)

 

[ NickAdams ] ha dicho:
10-03-2017

Ramos da y quita como pocos y una de las cosas que ayudó a quitarnos fue a Mou y, con él, el rumbo deportivo correcto. Su principal valedor es su Tito Flo que, a mi, no me vale para nada.