Si ustedes leen el siguiente artículo de María Claver  https://okdiario.com/opinion/conjuro-vox-4807717  y lo entienden como yo, probablemente llegarán a las siguientes conclusiones:

1. El Dr. Fraude tiene la capacidad de controlar el flujo de votos a Vox a su capricho y con una efectividad absoluta.

2. Consecuentemente, los votantes de Vox son básicamente unos seres fácilmente manipulables, en muchos casos probablemente rozando la subnormalidad absoluta.

3. Son Vox y sus votantes, por lo tanto, los responsables, una vez debidamente engañados como chinos (con perdón), de que “el bloque de centro-derecha”, en términos de Claver, no vaya cogidito de la mano a las elecciones. 

4. Haciendo unos malabarismos numéricos, Claver asegura que, de haber ido cogiditos de la mano a las elecciones, el “centro-derecha” habría obtenido 177 escaños, o sea, mayoría absoluta.

5. Vox y los subnormales que lo votan no serían nada sin los medios de comunicación, que insultan y descalifican al mencionado partido y a los subnormales que lo respaldan llamándoles fascistas y afirmando que están fuera del juego democrático. 

6. Cuando Vox veta a alguno de esos medios que les insultan está, en realidad, fingiendo en su masoquismo estar ofendidos. El argumento es indiscutible: sabemos que no están ofendidos en realidad porque, sin esos medios, Vox no sería nada.

7. Hay unos analistas (no dice cuáles) a los que Vox, con enorme cinismo, intenta desacreditar cuando, según Claver, estos analistas “llevan años dando la batalla de las ideas, comprometiendo su prestigio profesional en la lucha contra el pensamiento único, intentando dar voz a todos esos ciudadanos excepcionales a los que ellos ahora fingen representar para lograr un escaño”.

8. Vox es un partido sobreactuado similar a los de extrema izquierda en su querencia “por las purgas y los señalamientos”.

9. Claver rechaza de plano, vaya por Dios, los esfuerzos y las lecciones de valentía de Vox.

Dado que parece obvio que esta señora no se entera de nada, se lo vamos a explicar para que no haga más el ridículo:

1. Si se quiere ser un poco prudente, Claver quizás debería dejar abierta la posibilidad remota de que los votantes de Vox sean más autónomos en sus decisiones que lo que ella percibe. A decir verdad, tanto ella como todos nosotros sabemos a ciencia cierta que la inmensa mayoría de los votantes de Vox son exvotantes del PP que llevaban votando a los traidores de ese partido bajo el que se cobija ella, votantes que no tenían otra alternativa mejor que el detritus socialdemócrata del partido de Rajoy hasta que apareció Vox. Los votantes de Vox, Claver, no lo son porque la canalla socialista haya profanado la tumba de Franco con la aquiescencia o el silencio de tu derecha civilizada, puesto que ni el PP ni los medios cobijados por su manta han denunciado la tropelía y, sobre todo, las gravísimas implicaciones que la misma conlleva. Simplemente, el PP y tú, Claver, y otros como tú os habéis limitado a la abstención y a decir que no queréis hablar del pasado, pudiéndoos permitir ese cobarde silencio porque estáis cómodamente incrustados en este sistema partitocrático corrupto del que sacáis el partido que podéis. Y no te me pongas estupenda y, muy al contrario, estate agradecida, porque tú sabes, como sabemos todos, que la presencia de Vox os viene estupendamente porque anteayer los fascistas erais vosotros, el PP y tú y tus marhuendas de turno, y hoy estáis blanqueados como la derecha civilizada por dos razones: porque sois los genuflexos perfectos de boca pequeña y, por otro lado, porque ha aparecido alguien cantando las verdades del barquero.

2. Claver, enredada en su laberinto de la contradicción, concede a Vox la pertenencia al centro-derecha, lo que, la verdad, no cuadra mucho con su posterior afirmación al final de su deposición en la que lo asimila a la extrema izquierda por su sobreactuación y su amor por las purgas y los señalamientos. Lo que ocurre es que, al modo en que a menudo los profesores presentan la deformación profesional que les lleva a repetir cada explicación al menos dos veces también fuera del aula, la señora Claver, por haber habitado tantos años en la derecha claudicante y acomplejada, hoy conocida como derechita cobarde, tiene la tendencia a confundir su mano derecha con su mano izquierda, y si le viene bien subir a Vox al carro de los civilizados para poder descargar sobre ese partido la responsabilidad de que el monstruo de la Moncloa esté en el machito, pues lo sube y se lava las manos tranquilamente. Por otro lado, Claver no se entera de que una buena parte de los votantes de Vox, por su propia procedencia, retirarían su apoyo en las urnas si el partido se presentara en coalición con otros que como el PP y C’s defienden justamente el pensamiento único que nos atenaza.

3. A Vox se le empezó a prestar alguna atención a partir del momento en que llenó Vistalegre por primera vez, de forma que el respaldo de sus simpatizantes se produjo antes que la atención de los medios, a muchos de los cuales, por cierto, Vox despreció en un primer momento. Seguramente, Claver es conocedora del bombardeo de los medios descalificando a Vox y del cobarde silencio de esos medios, incluido el suyo propio y a ella misma, ante el centenar de ataques que Vox ha venido sufriendo desde que obtuvo 12 consejeros en Andalucía. Y seguramente también es conocedora del intolerable editorial de El País en el que invita implícitamente a la ilegalización del partido de Abascal. Afirmar que la reacción por parte de Vox en contra de este escándalo totalitario generalizado es una pose y proponer como argumento (¡) que Vox debe su existencia a los medios que le insultan pone en su justo sitio a quien muestra semejante capacidad intelectual argumentativa.

4. ¿Quiénes son esos analistas que llevan años dando la batalla de las ideas? ¿Zarzalejos? ¿Marhuenda? ¿Ónega? ¿Rubido? ¿Francisco Rosel? ¿Tú, Claver? ¿Cuándo se os ha oído levantar la voz denunciando el escándalo que se produjo con el autobús de HazteOír, os gustase o no su discurso? ¿Cuándo se os ha oído levantar la voz denunciando la traición de Rajoy dando su rúbrica a todas las leyes socialistas? ¿Cuándo reaccionasteis en la justa medida cuando se profanó la tumba de Franco con el único objetivo, no te confundas, de profanar la legitimidad de la derecha auténtica, que no es precisamente la socialdemócrata que representáis tú, Claver, y toda la panda de cobardes a los que aludes como analistas de no sé qué valentías? Pero sobre todo, ¿desde cuándo compromete uno su prestigio profesional luchando contra el pensamiento único? ¿Pero no ves que te traiciona el subconsciente? Cuando uno se enfrenta al pensamiento único, mucho más si incluso comparte el contenido del mismo, no sólo no compromete su prestigio, sino que lo alimenta como ejemplo de defensa de la libertad de pensamiento y opinión, es decir, enfrentarse al pensamiento único es la ocasión más gratificante para poder demostrar la catadura democrática que se posee. Ni tú ni tus analistas ni el partido que os cobija os enfrentasteis a la bota totalitaria de pensamiento único cuando se atacaba físicamente a quienes se les impedía dar a conocer su discurso en contra de las leyes de género; ni tú ni tus analistas os habéis enfrentado a vuestro PP de Cifuentes cuando aprobaba leyes LGTBI y multaba a quienes discrepaban de ellas… Quienes sí lo han hecho, y de la manera más contundente y generosa además, son esos que han permitido que tu partido y el de Bilderberg formen gobierno en Andalucía, Murcia y Madrid a cambio de absolutamente nada que no sea evitar que la chusma totalitaria se hiciera con los mandos, decisión muy discutible en cualquier caso. Además, Vox no da lecciones de valentía, simplemente denuncia vuestra lamentable cobardía, así que no te pongas tan histérica, saca la libreta, pon atención y toma nota de cuál es el camino a seguir. O cállate.

Sin acritud.