Gareth Bale, el galés que tantas dudas despierta entre blancos, mestizos y anti-blancos, quiso dejar esta madrugada, desde New Jersey, una clara advertencia para estos desnortados navegantes: estoy aquí y soy bueno de cojones, chicos.

Bale, el que sí que vale, jugó por la derecha toda la primera parte ayudando muchas veces, en defensa,  al cocoloco de Carvajal  y moviéndose por todo el campo con la soltura que tantas veces nos ha deslumbrado. Su buen entendimiento con Asensio –al que dio la asistencia magistral, con el exterior y perfectamente orientada, del primer gol-  y Bezema augura una buena producción goleadora esta temporada… si le respetan las lesiones.

Sin poder contar todavía con Varane, Marcelo, Casemiro o Modric  -a Kovacic ya lo doy por amortizado-, Julen sacó el que parece ser su quipo A de pretemporada en la primera parte: Keylor, Carvajal, Nacho, Ramos, Reguilón (al que quizás terminaré llamando Sergio el Bueno), Kroos, Isco , Ceballos, Asensio, Bale y Benzema.  Dos goles tempraneros, el primero el ya mencionado de Asensio  antes del minuto dos del partido y, luego, el de Bale, con desmarque, control en carrera, despeje de enemigos y perfecta finalización, antes del minuto quince, dejaron muy tocados a los romanos. El Madrid controló perfectamente la primera parte y excepto dos o tres pifias defensivas sin consecuencias, nada negativo puede decirse de los nuestros en esta fase del partido. Y, también, grandes noticias, al menos para mí: se movió el balón con criterio y sin conducciones isqueñas,  se atacó, arriba, cada posesión de balón de los muchachos de di Francesco y se filtraron muy buenos balones, aprovechando, de modo excelente, la capacidad técnica de nuestros hombres de punta. Todo parece indicar que se acabó el bombardeo indiscriminado de balones al área, marca nefasta de la etapa zidanesca. Y, aparte de Bale, se destacaron el goleador Asensio, Karim –que se mostró vivo y coleando- y Ceballos, que tomó la manija del centro del campo -afortunadamente- en detrimento de Isco, y que parece gozar de la confianza de Mr. Lope.

La segunda parte -esta vez inferior- arrancó sin Ramos y sin Kroos, con Javi Sánchez y Marcos Llorente reemplazándoles, y con Asensio y Bale invertidos: el galés por la izquierda y el mallorquín por la derecha. Poco pudimos valorar este interesante experimento porque a los diez minutos se fueron al banquillo a consecuencia del cambio masivo dispuesto por Julen: se despidieron Benzema, Isco , Bale y Asensio; se incorporaron  Mayoral, Lucas, Vinicius y Fede Valverde.  La calidad del juego bajó considerablemente y me  volvió a quedar claro que Mayoral no es jugador para el Real Madrid. Valderde, Vinícius y Lucas dejaron detalles y, con un poco de suerte, pudo caer algún golito más del lado –hoy- “rojo coral”.  En el 71, muy agotados, se marcharon Carvajal, Ceballos y Sergio Reguilón y, en su lugar, se presentaron los del equipo C: Odegaard, León y Sergio López. El partido bajó aún más de nivel, aunque el noruego se empeñara en evitarlo y fue, precisamente, gracias a un fallo de despeje de León que la Roma salvó la honrilla y marcó su golito equilibrador.

Resumiendo: me parece que Lope está jugando bien –hasta el momento, es pretemporada- sus jóvenes cartas y, a pesar de la inacción florentina en cuanto a fichajes, ha conseguido crear en servidor un reposado optimismo.

P.D. Por cierto, quiero dejar claro que no me gusta nada el llamado “rojo coral”. Ver a la Roma jugando de blanco -el color nuestro- me confundió más de una vez.  A ver si Julen no ha venido con la idea de crearnos una Rojita 2.0. Floren, que no se trata sólo de vender camisetas, coñe, que hay una tradición que respetar.